Un agente de la Policía Local de Sant Antoni (Ibiza) ha sido condenado a tres años y medio de prisión por las lesiones causadas a un joven de 17 años al que golpeó con la porra en la boca y le hizo perder ocho dientes al intentar poner fin a un botellón. La sentencia aún no es firme, y contra la misma cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

EHechos. El capítulo de hechos probados de la sentencia, firmada el pasado día 9 por los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, explica que sobre las dos de la madrugada del 4 de agosto de 2013 el agente condenado y otro policía local intentaron poner fin a un botellón en el que estaban participando varios jóvenes. Los magistrados explican que cuando los jóvenes estaban recogiendo para irse, el joven de 17 años que después resultó lesionado golpeó un contenedor de basura, por lo que los agentes decidieron pedirle la documentación. Como el menor no se identificaba, el acusado le agarró para intentar llevárselo al retén. En esta situación, mientras el policía, de espaldas al chico, tiraba de él y éste intentaba zafarse, el joven se agachó a la vez que el agente lanzó un golpe con la porra similar a "un revés de tenis". El menor recibió el golpe en la boca.

EConsecuencias. De súbito, el chico perdió siete dientes centrales, tres de arriba y cuatro de abajo. Otro diente central de la parte superior quedó colgando y también lo perdió. Tuvo que someterse a ocho implantes, lo que supuso un coste de más de 20.000 euros.

EIndemnización. Además de la pena de tres años y medio de prisión, los magistrados han condenado al policía a indemnizar a su víctima con un total de 37.520 euros: 2.000 por las lesiones, 9.000 por las secuelas, 20.520 por los gastos de tratamiento odontológico y 6.000 por los daños morales.

EVersión del agente. El agente condenado dijo que el menor se fue del lugar "alegremente, pateando botellas, golpeando los coches y escaparates". También declaró que los amigos del chico comenzaron a golpearle en las manos y el pecho, por lo que sacó la porra para calmar la situación al tiempo que decía a su compañero que pidiera refuerzos. Según su versión, el joven cogió una botella, lo que el agente explicó que se tomó como una amenaza. Añadió que él no hizo nada, que sólo se quitó de encima al joven en un acto reflejo.

ETestigos. La víctima declaró que "hasta el momento en que escupió dientes no había visto al policía". Dijo que el agente le agarró, le giró y le golpeó en la boca con la porra de modo horizontal. Cuatro amigos de la víctima que se encontraban en el lugar cuando se produjo la agresión declararon en el mismo sentido. Todos ellos dijeron que no hubo provocaciones. Por su parte, el otro policía local corroboró la versión de su compañero, pero manifestó que no vio el momento exacto del golpe.

ETestimonio clave. Un turista también fue testigo de lo sucedido. Éste declaró que uno de los agentes agarró al chico por el brazo mientras éste repetía: "Yo no he hecho nada". Esta persona declaró que el agente golpeó al joven en la cara, al parecer con la porra, aunque eso no lo pudo asegurar.

ELa resolución. Los magistrados consideran que ninguna de las partes cuenta las cosas como sucedieron: "Ni el joven ni sus amigos dicen la verdad cuando afirman que no mediaron palabra con los agentes, ni el acusado cuando afirma que el golpe se produjo cuando se hallaba en situación de defensa".