El viaducto del río Oulo, en A Cañiza (Pontevedra), resultó en la noche del viernes una trampa mortal en la A-52 y segó la vida de un conductor que creía que se estaba poniendo a salvo. Este viaducto, en el punto kilométrico 274, es el segundo que hay después de la salida del túnel de Folgoso en dirección a Ourense, y sostiene la autovía a unos treinta metros de altura sobre los matorrales, algunas viviendas y el pequeño regato que cruza esa zona de O Barreiro, en la parroquia de Parada de Achas.

Paul Álvarez Pérez, de 41 años, perdió la vida al precipitarse desde el alto del puente al suelo, cuando en realidad creía que evitaba ser arrollado por otro vehículo.