Tenía hechas las maletas para viajar en los próximas días a Suiza pero un coche se cruzó en su camino mientras practicaba deporte a lomos de su fiel amiga de dos ruedas y trastocó su vida entera. "De lo físico, los golpes y heridas, puedes mejorar, pero moralmente te quedas tocado. En los 45 años que llevo dedicándome al ciclismo jamás había sufrido un accidente como este". José Teixeira relata este episodio desde el Hospital vigués de Fátima, en el que permanece ingresado desde hace una semana tras ser arrollado por un turismo en la PO-325.

Según las fuentes consultadas, el exciclista profesional circulaba correctamente en dirección Baiona-Canido cuando un vehículo accedió a la glorieta y le cortó la trayectoria, golpeándolo y estampándolo contra el asfalto. "No quiero comentar mucho de lo sucedido porque todavía está el atestado abierto, solo digo que no se ha respetado el ceda el paso. Si fuera así, yo no estaría aquí hablando contigo. Sinceramente he vuelto a nacer, si el impacto en vez de ser lateral llega a ser frontal me quedo en el sitio", cuenta el ciclista.

Tras el choque, Teixeira fue trasladado al hospital donde se recupera a buen ritmo de sus heridas. "Hoy -por ayer- me han quitado el drenaje en el pulmón y es como si me levantaran al cielo, ya me encuentro muchísimo mejor. Respecto al estado de las costillas que era lo que más me preocupaba también voy evolucionando bien, ya casi casi estoy como antes", celebra el ciclista, para quien la medicina no ha sido su único remedio curativo. "He recibido muchísimas muestras de cariño por parte de mis amigos y de otros ciclistas. Este apoyo ha sido fundamental para mi recuperación. Estoy muy agradecido con todo el mundo que me ha llamado y se ha preocupado por mí", asiente Teixeira, palabras de afecto a las que también se une su esposa, María Bilbao. Lo que sí explica es que entre estas personas no se encuentra el conductor que se lo llevó por delante.