"Mi hija jamás fue maltratada en casa", asegura Mariela Alejandra Benítez, madre de Naiara, la niña de 8 años presuntamente asesinada por una paliza de su tío el pasado sábado en Huesca. Benítez rechaza que la niña tuviera signos en el cuerpo que manifestasen lo que ocurría, y niega la existencia de informes médicos que alertasen de la situación.

"Si fuera cierto que mi hija tenía marcas en su cuerpo de haber sido atada y maltratada, como se dijo tras la detención de su tío, ¿cómo es posible que no hubiera intervenido nadie antes para evitarlo?", se pregunta Benítez, quien niega que su esposo o ella misma vejasen a la niña, que asegura que "vivía feliz con su familia". En el momento de los hechos, Benítez, su marido y sus cuatro hijas residían en Sabiñánigo con su suegra y el presunto asesino.