Salvados regresa este domingo, a las 21.30 horas, a La Sexta con su decimotercera temporada, que pone especial énfasis en su vocación de plantear temas "que afectan a los ciudadanos y con los que el espectador se sienta identificado", en palabras de su director, Jordi Évole. El programa ya se adentró la pasada temporada en asuntos más sociales como el drama de los refugiados, aún sabiendo que "no son los más comerciales del mundo", pero "funcionó muy bien y seguiremos por esta misma línea".

"A veces los periodistas, por la agenda mediática, desvían el foco de lo que le puede interesar al ciudadano para centrarse en los políticos y sus polémicas. Parece que hayamos olvidado que sigue habiendo desahucios y gente a la que le cuesta llegar a fin de mes. Creo que el foco está en esos temas más dramáticos o más cotidianos que nos afectan. Nuestra vocación es hacer programas con los que el espectador se sienta identificado", manifestó Évole. Y es que, como dice en la promoción del programa con Joaquín Sabina, que no será protagonista de ninguna entrega, a Salvados le "sobran motivos para volver".

Aunque eso no significa renunciar a "caramelos políticos" como la entrevista con el recién dimitido Pedro Sánchez de la pasada temporada. "Si se nos cruza en el camino Susana Díaz o Soraya Sáenz de Santamaría o un encuentro Iglesias-Errejón lo abordaríamos. No se nos han cruzado, pero seguiremos peleando por ello".

Por lo pronto, se estrena este domingo con Conectados, donde aborda con jóvenes y mayores si existe una adicción al teléfono móvil, un tema con el que "el espectador se puede sentir identificado" y que contará con una entrevista póstuma, la primera del programa, con Zygmunt Bauman, referente sociológico de la segunda mitad del siglo XX que reflexionó sobre "qué podía causarnos esa herramienta": "Somos solitarios perfectamente conectados".

En próximas entregas hablarán sobre las relaciones económicas entre Arabia Saudí y España en su habitual tono de denuncia, contraponiendo "la falta de respeto a los derechos humanos" del país árabe con los negocios que empresas e instituciones españolas mantienen "desde la dictadura".