Jesús Cimarro, el empresario que compró a Lina Morgan el teatro de La Latina, conoce "todos los detalles" del testamento de la actriz, pero nunca los revelará ya que "sería una traición a lo discreta que ella fue siempre". Recordó que pese a su idea de bautizar al teatro con su nombre, Lina se negó y amenazó con no vendérselo.