Pepe Reyes, creador del vestuario de series como Isabel y Carlos, Rey Emperador, confiesa sentirse "feliz" de volver a tomar el pulso a la moda como estilista, una tarea de asesoramiento que le ha encomendado la Academia de Cine español para la gala de los Premios Goya. "Me apetecía mucho", dice. "En los Goya ya hay una etiqueta, no todo vale", advierte. Hace dos meses, Reyes se puso manos a la obra para tratar de ofrecer a actrices y actores lo "mejor" de la moda española para resplandecer en una noche en la que ellas no tienen "miedo" al frío y ellos cada edición arriesgan más.

Este año, la academia conmemora el 30 aniversario de los Goya, un tiempo en el que el paseo sobre la alfombra roja "ha cambiado mucho". "Antes no existía la figura del estilista, ni había despachos de prensa" que asesoraran a las celebrities, indica Reyes, toda una autoridad en la materia, quien añade que hasta hace poco la atención se concentraba en el vestuario de presentador y "poco más".

Hoy nadie se imagina a Juan Diego Botto subir a recoger un premio con una camisa negra de manga corta; ni que un director recoja su galardón con una sencilla camiseta de algodón y con el pelo revuelto, como Fernando León, o que una galardonada como Mejor Actriz Revelación luzca un vestuario de estilo folk y botas planas, como hizo en 1997 Ingrid Rubio. Sin embargo, Reyes mantiene en la memoria de manera especial la elegancia del vestuario de Ana Belén en cada una de las ediciones y "los Sybilla" de Marisa Paredes, que siempre despertaban admiración.

El estilista extremeño desvela que no solo los actores cuidan su presencia en la gala, también lucen "etiqueta" quienes no salen en pantalla. "Todo el equipo de dirección y producción va con esmoquin, incluso los ayudantes. Es una manera de darle importancia a una fiesta tan esperada", subraya. Más de 250 prendas luchan por hacerse un hueco en las perchas del showroom de la academia.