Él es un rapero vanguardista y rompedor y ella una superestrella del pop, pero Kendrick Lamar, con cinco galardones, y Taylor Swift, con tres incluyendo el de mejor disco del año por 1989, compartieron ayer la gloria en la 58 edición de los premios Grammy celebrados en Los Ángeles. Tras la gala de ayer, Swift acumula ya diez premios de la Academia de la Grabación en su trayectoria.

Después de tres horas y media de ceremonia, Lamar obtuvo los reconocimientos al mejor disco de rap (To Pimp Up a Butterfly), mejor canción y actuación de rap (Alright), mejor colaboración de rap (These Walls) y mejor vídeo musical por Bad Blood con Taylor Swift.

En su discurso, Swift recordó que es la primera artista femenina que gana dos veces el Grammy a mejor álbum y advirtió a "las mujeres jóvenes" de que puede haber gente que trate de "socavar" su éxito o "sacar crédito" de sus "logros y fama". "Pero si te enfocas en el trabajo y no dejas que esa gente te desvíe, algún día llegarás a donde quieres ir, mirarás alrededor y sabrás que fuiste tú y la gente que amas los que te pusieron ahí. Y esa será la mejor sensación del mundo", añadió.

Otros triunfadores de la noche fueron la formación de soul-rock Alabama Shakes, que ganaron los premios a mejor álbum de música alternativa (Sound & Color), mejor canción roquera y mejor actuación de rock (Don't Wanna Fight). El inglés Ed Sheeran obtuvo dos gramófonos, entre ellos el premio a la mejor canción por Thinking Out Loud.

También dos Grammy se llevaron Mark Ronson y Bruno Mars incluyendo el de mejor grabación por su pegadizo éxito Uptown Funk.

Ricky Martin, Natalia Lafourcade y Pitbull fueron algunos de los ganadores de las categorías latinas.

Uno de los momentos más destacados de una noche muy nostálgica tuvo el sello de Lady Gaga que, con un juego de luces que dibujaba sobre su cara los mil y un rostros del camaleónico David Bowie, inició un espectáculo muy visual y colorido en el que enlazó canciones del fallecido artista como Space Oddity, Changes" y Heroes.

Tras cuatro años de ausencia volvió a los Grammy Adele, que con un vestido rojo y acompañada al piano cantó con poderío All I Ask.

La noche se cerró con el heavy desbocado de Hollywood Vampires, con Alice Cooper y Johnny Depp en su formación tocando Ace of Spades para recordar a Lemmy de Motörhead, y el broche final correspondió a Pitbull acompañado de Robby Thicke y la sorpresiva aparición de la colombiana Sofía Vergara como bailarina.

La nécdota de la noche se produjo justo después de la gala, cuando el cantante británico Paul McCartney fue rechazado hasta en dos ocasiones a la entrada de una de las fiestas posteriores de la 58 edición de los Grammy, según informó ayer el portal TMZ, especializado en información sobre famosos.

Junto al cantante Beck y el batería de Foo Fighters, Taylor Hawkins, el exbeatle increpó a los porteros: "¿Cómo de famosos tenemos que ser?, pero no obtuvo resultados.