La "pena" por la obra inconclusa estuvo presente en el último suspiro de uno de los autores que mejor retrató el declive de valores de la sociedad contemporánea. "He procurado comportarme dignamente, estar a la altura de mi escritura. Me voy con el pesar de no haber escrito esa gran novela que he perseguido durante toda mi vida", declaró el autor en un escrito donde dejó sus últimas voluntades y al que tuvo acceso el diario valenciano Levante-EMV -del mismo grupo editorial que LA OPINIÓN- gracias a al generosidad de la familia de Chirbes. La misma que acaba de hacer realidad el último deseo del escritor: la creación de una fundación que preserve su legado literario.

La Fundación Rafael Chirbes abre sus puertas durante una semana para conmemorar el primer aniversario de la muerte del autor (15 de agosto de 2015) considerado uno de los mejores escritores valencianos de los últimos 50 años.

Los que más le admiraron censuran que se le conozca como el autor que retrató la crisis y la burbuja inmobiliaria en sus novelas, ya que se reduce su trayectoria a dos obras: Crematorio (2007) y En la orilla (2013), con la que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica.