La familia del cantante mexicano Juan Gabriel, fallecido el pasado domingo de un infarto a los 66 años, quiere tiempo para vivir el dolor causado por la muerte repentina del artista antes de tomar una decisión sobre los homenajes que se le quieren hacer, pues él "no quería que su funeral se convirtiera en un circo", indicó ayer su representante Silvia Urquidi. En declaraciones a Imagen Radio, Urquidi comentó que los cuatro hijos del artista, así como su exesposa y amiga Laura Salas, "todavía no asimilan su dolor" y quieren estar a solas con sus restos.

"Ellos son los que tomarán la decisión, pero Alberto siempre dijo que cuando él muriera no quería que su funeral se convirtiera en un circo", afirmó Urquidi, quien se negó a revelar dónde se encuentra el cuerpo del autor de éxitos como Amor Eterno, Hasta que te conocí y Yo no nací para amar. Aunque Juan Gabriel murió en Estados Unidos, "se lo está peleando Juárez, aquí (Ciudad de México) y Morelia; es mover el cuerpo de un ser humano de un lado a otro", apuntó. El Gobierno mexicano ofreció a la familia del artista abrir las puertas del Palacio de Bellas Artes para rendirle un homenaje, pero también ha solicitado hacerle un homenaje Ciudad Juárez.