Benedicto XVI celebró su 90 cumpleaños con una fiesta bávara en la que no faltaron las jarras de cerveza local en el jardín del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde reside desde que renunciara al pontificado, hace cuatro años. Según se ve en las imágenes tomadas por la fundación vaticana que lleva su nombre y difundidas por la oficina de prensa del Vaticano, el Papa emérito está sentado junto al primer ministro bávaro, Horst Seehofer y sostiene una gran jarra de cerveza de tierra natal.

Durante la celebración también estuvieron presentes su hermano, Georg Ratzinger, de 93 años, y el secretario personal del Pontífice alemán y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, entre otros. Benedicto XVI fue obsequiado con una canasta con productos típicos alemanes, como los bretzel, y la fiesta fue animada por un grupo de personas ataviados con trajes bávaros.

El Papa emérito se convirtió en nonagenario el pasado domingo. En una reciente entrevista concedida a la web especializada en noticias católicas Crux, el secretario personal del Papa emérito, el arzobispo Georg Gänswein, aseguró que Benedicto XVI a pesar de su avanzada edad goza de buena salud, lucidez mental y desarrolla sus actividades normales porque no padece ninguna enfermedad que represente un riesgo y sólo requiere asistencia para caminar.

Tres días después de su cumpleaños, hoy mismo, se cumplirán doce años de su elección como Papa número 265 de la Iglesia católica. Durante sus ochos años de pontificado, Benedicto XVI encaró los problemas de la Iglesia católica, como los casos de abusos sexuales a menores o la reforma del Banco Vaticano.

Durante su papado, Ratzinger reconoció 4.000 casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos. El Pontífice emérito pidió entonces una profunda renovación de la Iglesia, recordando que "la ayuda de curación a las víctimas debe ser la preocupación principal de la comunidad cristiana, y debe ir de la mano de una profunda renovación de la Iglesia a todos los niveles". Asimismo, coordinó el lanzamiento de una página web para aprender a prevenir los abusos sexuales a menores.

Su renuncia al pontificado se produjo después de un año marcado por el denominado caso Vatileaks, el escándalo de la filtración de documentos reservados, que concluyó con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele. Además, abordó la reforma del Banco Vaticano y en 2010 promulgó el documento para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras vaticanas, el primero decretado por un Papa. Y en 2009 revocó la excomunión a los obispos ordenados por Lefebvre y abrió las puertas de la Iglesia de Roma a los tradicionalistas anglicanos.