Hace menos de un año falleció el iraní Abbas Kiarostami y ayer el Festival de Cannes le rindió un homenaje con la proyección de un nuevo montaje de 24 frames, una recopilación de fotografías y vídeos, un legado artístico que refleja la suprema belleza de su trabajo. "Siempre me pregunto en qué medida los artistas tratan de representar la realidad de una escena. Los pintores y los fotógrafos solo capturan una imagen, pero nada de lo que sucede antes o después", explicaba el director de un proyecto cuya primera versión mostró en diciembre de 2015 en el Festival de Marraquech.

Para 24 frames, utilizó fotografías tomadas en los últimos años, a las que añadía lo que imaginaba que había sucedido antes o después de cada uno de esos momentos capturados. El resultado es un conjunto homogéneo de 24 tomas, con fotografías que cobran vida o vídeos en plano fijo, centradas en la naturaleza y en impacto sobre ella de la acción del hombre.

Dos horas de metraje y cinco minutos por toma, algunas en blanco y negro, otras en color, pero todas sutiles, elegantes y de composición impecable. Pájaros, caballos y algunos seres humanos interrumpen las imágenes, muchas de ellas de paisajes nevados o de mar.