Por si tuvieran poco los británicos, en la diana del terrorismo yihadista un día sí y otro también -amén de incendios, gestionar el Brexit, digerir los bandazos de sus políticos, etcétera-, hasta su monarquía parece que les falla. Y eso en Gran Bretaña son palabras mayores. Los súbditos de Isabel II desayunaron días atrás con unas declaraciones de Enrique de Inglaterra -hijo de Carlos y la añorada Lady Di- que no han sentado nada bien, porque vino a decir que nadie en la familia real, salvo su abuela que ya no puede dar marcha atrás, quiere ser rey o reina.

Así se despachó en Newsweek y dejó boquiabiertos a los británicos, tan orgullosos ellos de sus Windsor. "Estamos involucrados en la modernización de la monarquía británica. No hacemos esto por nosotros mismos, sino por el bien mayor de la gente. ¿Hay alguien de la familia real que quiera ser rey o reina? No lo creo, pero cumpliremos con nuestros deberes en el momento adecuado", contó el hijo y hermano de los futuros reyes.