Era un cóctel a priori imposible: una estética estridente hasta para aquel 1977, un actor desconocido, una historia llena de estereotipos y unas canciones que avergonzaban tanto como atraían. El resultado: un bombazo titulado Saturday Night Fever, que cumple 40 años. El carisma de John Travolta, unas escenas de baile magníficamente rodadas por John Badham y los agudos tonos de voz de Barry, Robin y Maurice Gibb dieron la gran sorpresa y la película, estrenada el 12 de diciembre, arrasó en taquilla, además de recibir buenas críticas y lanzar la carrera de su protagonista.

Travolta recibió su primera nominación al Óscar y el disco de los Bee Gees se llevó cuatro Grammy y vendió 16 millones de copias.