Durante décadas la actriz Elizabeth Taylor fue atesorando espectaculares piezas de joyería, entre las que destacan las de la firma ‘Bvlgari’, que compraba en la boutique de Roma y que le regalaba su marido Richard Burton. Ahora, la casa italiana rinde un homenaje a la diva que pisaba la tienda nada más aterrizar en Roma con la línea llamada ‘The medium high diva’, que toma las joyas de la actriz como inspiración.

A las casas de moda, expertas en marcar tendencias, este otoño la moda se les sube a la cabeza. Quien más y quien menos ofrece sombreros y pamelas en las colecciones que ya se encuentran en las tiendas. Lo mejor de todo es que se trata de un capricho asequible: por menos de quince euros puede encontrarse una pieza interesante en un establecimiento de ropa con precios asequibles.

Así que ni siquiera en tiempos de crisis la escasez de presupuesto sirve de excusa para privarse de un sombrero que nunca debe elegirse de cualquier manera. Es frecuente escuchar eso de "los sombreros no me sientan bien". Es un error. Siempre hay un modelo adecuado a cada cabeza. La cuestión es probar entre los múltiples modelos que se ponen al alcance. Uno de los más llamativos es el llamado Fedora, que a veces se confunde con el Borsalino, en realidad es un tipo de Fedora, aunque con el ala un poco más estrecha. Es uno de esos clásicos ideales para mujeres a las que no les gusta arriesgar demasiado en cuestiones de indumentaria.

Aunque lo cierto es que más vale quitarse complejos de encima, ya que el diseño estelar de la temporada es el sombrero de ala ancha, el llamado ‘floppy’. Las famosas y las modelos lo llevan con jeans y camiseta. Otra posibilidad más realista con las temperaturas otoñales es combinarlo con abrigos rectos, nunca con un largo más abajo de la rodilla.

El fieltro y la lana son los materiales más empleados para crear sombreros que también llegan adornados con flores, plumas o, incluso, una fina correa a modo de cinturón y broches que parecen rescatados del baúl de la abuela. No es necesario llevar el sombrero del mismo color que la ropa, pero sí combinar tonos que vayan bien entre sí. Los sombreros marrones van genial con la gama de los verdes; los negros, en cambio, se mezclan perfectamente con rosas y violetas.

Juego de proporciones

Por mucho que nos guste, un sombrero de gran tamaño nunca sienta bien a una persona de baja estatura. Por el contrario, en esos casos se puede optar por los gorros tipo pillbox, que estuvieron de moda en los años cincuenta y sesenta y ahora regresan.

En cambio, cuando se tiene una gran altura el sombrero demasiado pequeño puede llegar a resultar ridículo. Para que siente bien es imprescindible que el sombrero se ajuste a la cabeza, sin apretar, pero sin que se mueva.

Lo ideal es hacerse un sombrero a la medida, pero si no puede ser, las tiendas están llenas de bonitas propuestas.