Las últimas revelaciones de WikiLeaks han vuelto a generar una considerable alarma sobre las potenciales capacidades de espionaje que reúnen aparatos domésticos. El portal de información que dirige Julian Assange ha revelado que la inteligencia de EE UU, la CIA, es capaz de acceder a conversaciones privadas a través de dispositivos instalados en los televisores de Samsung. Los teléfonos de Apple, los electrodomésticos, los asistentes virtuales?

Los expertos aseguran que estos últimos son los que presentan más riesgos. Es por eso que, antes de que la ´casa inteligente´ se convierta en la ´casa cotilla´, te proponemos una serie de medidas para garantizar una mayor privacidad.

En primer lugar, lo más importante es conocer el funcionamiento interno de los asistentes virtuales. En muchas ocasiones, apenas se revisan las instrucciones y las condiciones que presentan y se da el ´OK´ sin saber qué consecuencias trae. Leer con detenimiento la política de privacidad permitirá conocer mejor qué datos estamos dispuestos a ceder y, si lo deseamos, negarnos a que se conozcan, como nuestra ubicación física.

Los tres asistentes virtuales más conocidos son Siri (iPhone, iPad), Google Home y Alexa, de Amazon. Tres de los gigantes tecnológicos mundiales más importantes. Poseen sistemas que reconocen la voz y responden a órdenes emitidas por los usuarios. Órdenes para reproducir música, ajustar la hora de activación de un aparato doméstico o incluso responder preguntas y buscar información. Ya no hace falta teclear la página principal de Google; el asistente virtual contesta y hace sugerencias. Pero una vez que decimos ´Ok´, esa información queda almacenada.

El servicio ´My Activity´ de Google permite conocer el registro que ha hecho el buscador de nuestra actividad y borrarlos, así como reclamar que se dejen de almacenar determinados datos. Ahí pueden aparecer las búsquedas con el móvil (el sistema operativo Android está desarrollado por Google), las grabaciones de voz que ha hecho Google Home y otros datos relativos a aplicaciones descargadas, pequeños programas que instalamos sin ser del todo conscientes de las implicaciones que eso trae.

Otros consejos para que estos asistentes de voz no sobrepasen sus funciones son apagar los micrófonos cuando no estemos utilizándolos, no conectar cuentas sensibles a estos dispositivos y periódicamente borrar las búsquedas, registros de voz e historiales.

A la hora de navegar por Internet, existen aplicaciones que simplifican esta labor y ponen sobre la pista al usuario sobre los riesgos a los que se expone. Una de ellas es ´Terms of Service; Didn´t Read´, que transmite información instantánea sobre las políticas de privacidad de las páginas que se visitan.