Me siento observado y juzgado, aunque nunca conoceré su veredicto.
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Nunca he sabido si tengo una vida lejos de aquí. Ahora que todos los lugares me parecen caóticos y expuestos a idéntico ocaso, mi desconcierto al respecto me impide imaginar cualquier otro yo que pudiese disipar las penurias del actual.
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Sí, he tomado durante años cacao sin haber visto la planta, besando tus labios sin haberte conocido.
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Me despido todos los días de los escenarios.
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- Puedes hacer lo que quieras, siempre que no hagas nada, claro.
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Todo se extingue en cuanto se desea.
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Duerme en el sillón, aunque no tenga pareja con la que discutir.
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He rechazado una y otra vez los servicios de un retratista: no puedo verme ni en pintura.
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- ¿A qué te dedicas?
- A hacerme ilusiones.
- Pero... ¿eso es un trabajo?
- El más duro y peor recompensado.
