El nombramiento como presidente de Mariano Rajoy, lejos de causarme alegría, lo que me produce es un gran desasosiego. Frente a él tiene una amalgama de partidos que solo buscan que su legislatura sea un fracaso. Si alguien me pregunta qué consiguen con ello, no lo sé. Al no haber elecciones municipales o autonómicas a la vista -nada que ganar o que perder- me cuesta entender la negativa que muestran los partidos de la oposición al negarle la mano en el caso de que tenga la necesidad de crear futuros pactos. Ni siquiera saben lo que el presidente les va a proponer y ya le están diciendo que "no". Hay quienes apuestan porque esta será una travesía de corto recorrido. Incluso, en ciertos momentos me pareció apreciar ese pesimismo en el propio discurso de Mariano Rajoy. Hasta dos veces tuvo que levantarle el ánimo el líder de C´s, Albert Rivera, con frases como: "No tenga miedo, señor Rajoy, y no se ponga la venda antes que la herida". Añadiendo que si continúa ganándose su apoyo todo irá bien. ¿Y si no? Si no, problemas. Yo, sinceramente, espero muy pocas cosas positivas de esta legislatura. Ojalá me equivoque.

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