Hace unos días que se ha publicado el Informe PISA con los datos del 2015. Desde el último Informe España ha descendido en Ciencias y ha experimentado una tímida subida en Matemáticas y Lectura. Hay países con los que nuestros alumnos de 15 años llevan hasta dos años de retraso en conocimientos básicos. Son cifras que invitan a pensar.

Desde luego se trata de indicadores, ni más ni menos, pero sirven como nueva voz de alarma para reclamar a nuestros representantes políticos un pacto educativo exigente, un acuerdo que sea capaz de mirar más allá del corto plazo que dura una legislatura. Esa mirada alicorta (que si la concertada sí o no en y si es que sí ha de ser subsidiaria o si diferenciada o diferenciada) nos condena a ir aprobando y derogando leyes sin horizonte ni sentido, y a unos resultados como los que cada período de tiempo nos pone delante el Informe PISA.