Un preso político es aquella persona que ha sido encarcelada por sus ideas. Últimamente la expresión "presos políticos" está en boca de todos. Sin embargo, nadie se para a reflexionar en lo cruel y dañino que es creer en los "presos políticos". Creer en la existencia de presos políticos sería estar a favor de que la justicia juzgase al criminal no por la gravedad de sus delitos sino por las razones que este ha tenido para cometerlos, a su vez también supondría creer en la existencia de "ideas nobles" lo cual nos llevaría a imponer una supremacía ideológica por la cual hay ideas excusables que convierten a una persona en un justiciero inmune a la ley, y otras inexcusables que lo convierten en un villano, y esto, sería vivir en un estado autoritario y opresivo. Una persona puede matar a otra por amor, pero por muy noble que sea este sentimiento no desaparece el hecho de que haya acabado con la vida de esta persona, y es esto, y no el hecho de amar, lo que le convierte en un asesino que ha de ser juzgado. Todos tenemos ideas políticas y sentimientos muy diferentes, pero al final del día tus acciones hablarán más alto que tus palabras, y si estas acciones son dañinas, deberás asumir las consecuencias.

LA OPINIÓN publica opiniones de sus lectores, así como réplicas y sugerencias de interés general que sean respetuosas hacia las personas e instituciones. Las cartas pueden ser enviadas a LA OPINIÓN por vía postal (C/ Franja 40-42 15001 A Coruña), por fax (981 217 401) o por correo electrónico/cartasaldirector@laopinioncoruna.com). Deben tener como máximo 20 líneas e incluir nombre, apellidos, DNI, domicilio y teléfono de contacto. LA OPINIÓN se reserva el derecho a extractarlas.