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Penado a 7 años de cárcel el exentrenador de Sada que estafó a jugadores y familiares

El sospechoso, que aparentaba tener un alto nivel de vida, convencía a los afectados de que tenía "contactos" y acceso a viviendas baratas procedentes de embargos judiciales

Un exentrenador de fútbol de Sada fue condenado a siete años de cárcel por estafar, entre 2008 y 2012, a personas de su entorno profesional y familiar, a los que hacía creer que tenía acceso a pisos baratos procedentes de embargos judiciales. "Ideó un plan para, tras ganar la confianza de una serie de personas, obtener de ellas diversas sumas de dinero, en algunos casos muy elevadas", subraya la sección segunda de la Audiencia Provincial en la sentencia, en la que asegura que el procesado no tenía "en ningún momento intención de cumplir sus compromisos", ya que no disponía de los inmuebles que ofrecía. "Desde un primer momento su único propósito fue el de quedarse en su exclusivo beneficio las cantidades de dinero", recalca el tribunal.

El procesado, además de a siete años de prisión, fue penado a abonar a los cinco afectados a los que no les devolvió el dinero 245.000 euros, así como a pagar una multa de 3.240 euros. El hombre, según consta en el fallo, alquiló una vivienda en Sada a finales de noviembre de 2011 con el objetivo de enseñársela a las víctimas como si fuese una de las propiedades confiscadas. "Todos los perjudicados han dado una versión de los hechos que resulta coincidente, por lo que se aprecia continuidad delictiva y avala la credibilidad de la versión de las víctimas", destacan los jueces. Además, reflejan en la sentencia que el imputado no tenía "inconveniente" en suscribir documentos en los que figuraban las sumas de dinero que le entregaban. El condenado también aparentaba tener un alto nivel de vida y "muchos contactos" para lograr la confianza de los afectados. Así, les hacía creer que trabajaba para una empresa de juegos. Incluso algunos testigos, entre ellos su exmujer, admitieron en el juicio que pensaban que era empleado de esa compañía.

El primer estafado fue un tío de su mujer, quien le entregó 54.000 euros en varios pagos para adquirir un piso. El hombre falleció en mayo de 2011, por lo que su hijo contactó con el procesado, quien le enseñó la vivienda alquilada y le prometió que sería para él. Además, le garantizó que le conseguiría un puesto de trabajo en la Xunta a cambio de que le entregase 34.000 euros. El afectado no le dio el dinero y logró, al darse cuenta del engaño, que le devolviese 51.000 euros.

En 2010, convenció a dos personas para comprar una empresa que les aseguró que tenía la concesión del mantenimiento de la electricidad y fontanería de la Diputación de A Coruña, para lo que les reclamó 60.000 euros. A finales de noviembre de 2011, el segundo entrenador del equipo de fútbol que dirigía le confió 28.500 euros para un piso; y, en el mismo año, un joven le entregó 82.000 euros para que le comprase un chalé adosado. Además, el procesado estafó a dos jugadores del equipo que entrenaba. Uno de ellos pidió una hipoteca sobre la casa de sus padres y vendió su propio coche para entregarle 128.500; el otro, le transfirió 15.000 euros.

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