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Ana López Segovia Guionista y actriz de Chirigóticas, actúa el viernes en el Colón

"Cantar en el Carnaval callejero nos ha dado cercanía y el ver el teatro como una fiesta"

"En el Carnaval ilegal de Cádiz no hay reglas, es más transgresor, con más golfería que el oficial, en el que existe más autocensura"

"Cantar en el Carnaval callejero nos ha dado cercanía y el ver el teatro como una fiesta"l.a.

Ana López Segovia es la guionista y una de las tres actrices de la compañía Chirigóticas, una agrupación gaditana que, desde hace ya una década, lleva el mundo de las chirigotas del Carnaval de Cádiz a las salas de teatro. Actúan mañana a las 21.00 horas en el teatro Colón con Chirigóticas: el origen.

-La obra que traen se descompone en tres piezas distintas.

-Sí. Se trata del primer espectáculo de la compañía. Fue el primer acercamiento a esto de la fusión entre el carnaval ilegal y callejero de Cádiz y lo que es propiamente el teatro. El dramaturgo Antonio Álamo utilizó tres repertorios de nuestra chirigota de Las Niñas para levantar las tres partes de una obra de teatro. La primera transcurre en un mercadillo con tres vendedoras ilegales. La segunda narra las peripecias de una inmigrante, que se tiene que ir de Cádiz para buscar trabajo. La hicimos hace diez años y ahora parece que tiene más vigor que entonces. La tercera es una despedida de soltera, y narra las vicisitudes de una chica que lleva veinte años con su novio , y sale con su cuñada y una prima de ella. Es una noche en la que cambia su vida.

-¿Es característico de Cádiz contar historias con un punto de humor y otro de denuncia social?

-Sí. Cada grupo tiene sus características y su sello personal. En nuestra chirigota, nos gusta contar historias un poco al límite, con el punto canalla que tiene el carnaval de Cádiz en general y en particular el de la calle, un poquito más puñetero. Y la denuncia social siempre está, de manera casi involuntaria. Comentas el mundo que te rodea, la actualidad, e inevitablemente emites una opinión. Hay crítica, claro que sí.

-¿En qué se diferencia el Carnaval ilegal del oficial?

-En el callejero salen agrupaciones de manera heterodoxa No hay reglas. Están muy elaborados los repertorios, pero es una cosa más libre, más espontánea. Y el carnaval oficial, desde el momento en que está televisado, inevitablemente hay más autocensura. Es más formal, está más limitado por reglas. No es mejor ni peor, pero entra dentro de lo más previsible. Y el callejero es más transgresor, un poquito más inmoral. Se permite más golfería.

-A lo largo de la historia, el Carnaval gaditano se ha intentando prohibir varias veces.

-Sí, durante la guerra se intentó prohibir, y luego con la dictadura también. Lo que pasa es que la gente se reunía de manera clandestina, y de alguna manera pervivieron las coplas en la clandestinidad. Luego, en 1947, explotó un arsenal militar en Cádiz. Murió muchísima gente, y el régimen, para compensar eso, devolvió las fiestas a Cádiz pero en mayo. El carnaval siempre se ha asociado a lo transgresor, a lo peligroso políticamente hablando. Así que devolvieron el carnaval, pero de una manera un poco descafeinada, en forma de fiestas típicas.

-¿Cómo nació su grupo?

-Curiosamente, nuestra agrupación nació dentro de una compañía de teatro universitaria. Siendo todos actores aficionados, pensamos que había muchas similitudes entre el carnaval de la calle, su performance e improvisación, y el teatro. Decidimos hacer una agrupación carnavalesca pero teniendo como referencia el teatro. Luego cada una seguimos nuestro trayectoria, muchas nos dedicamos al teatro profesionalmente, y al cabo del tiempo surgió la opción de hacer todo lo contrario, ir desde el carnaval hasta el teatro.

-¿Qué aporta al teatro el Carnaval callejero?

-Lo que nos aporta es la calle. El cantar en cualquier esquina, tener que mantener al público atento; estamos cantando en febrero, muchas veces con frío, en condiciones un poco incómodas? La espontaneidad, la cercanía, la naturalidad, la complicidad con el público, la irreverencia, el sentido del teatro como una fiesta, de: 'aquí hemos venido a disfrutar'. Todo eso nos lo ha dado el cantar en la calle. E intentamos, en la medida de lo posible, trasladarlo también a los escenarios. Es muy difícil, pero entendemos que lo que ocurre en Carnaval en Cádiz está muy vivo. Y al teatro, todo lo que esté vivo le viene fenomenal, para que no se convierta en una cosa así aburrida, triste, solemne.

-Son tres actrices. ¿Condiciona eso el enfoque y las historias?

-Yo escribo las letras, pero la dramaturgia y la dirección son de Antonio Álamo. Hay un sello femenino, claramente, pero, también tenemos la perspectiva de Antonio. Se complementa una cosa con la otra. En la letra y en la forma de mirar el mundo puede haber una perspectiva muy femenina y muy personal, pero nuestra tendencia es que sea un espectáculo que va dirigido a todo el público. Intentamos encontrar confluencias: aunque sean cosas que pasan a mujeres, que todo el mundo se sienta identificado.

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