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La revisión y la rehabilitación del patrimonio inmobiliario

Los propietarios reclaman apoyo

Residentes en el casco histórico estiman que el Concello debería asesorarles sobre las inspecciones y mediar en los conflictos, al tiempo que destacan las discrepancias entre técnicos

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Ser residente en la Ciudad Vieja implica tener muy presente el estado del inmueble en el que se vive, ya que la inmensa mayoría de ellos tienen una notable antigüedad. "La Inspección Técnica de Edificios (ITE) incentiva la rehabilitación, pero hay que ponerse en manos de técnicos que a veces te dicen cosas contradictorias", comenta Pedro Roque, presidente de la asociación de vecinos de la Ciudad Vieja, quien echa de menos "información que podría venir de manos del Ayuntamiento", ya que a su juicio los propietarios deben abordar cuestiones que desconocen.

"Es necesario un asesoramiento y una mediación entre los vecinos porque a veces surgen conflictos que se podrían solucionar con un servicio técnico", opina Roque, ya que a veces algunos residentes no creen necesarias las reformas. Este dirigente vecinal recuerda además que hay un tipo de obras que pueden ser dirigidas por los arquitectos, mientras que otras le corresponden a los arquitectos técnicos, por lo que considera que las ITE solo deberían encomendarse "a los que pueden acometer la obra integralmente".

La experiencia personal le lleva a afirmar que existe "picaresca" entre los técnicos "porque unos dicen que una cosa está bien y otros no". Para explicar su postura relata que en su edificio la ITE resultó favorable y tras la inspección del Concello "resultó que había cosas que no estaban bien hechas y hubo que volver a hacerlas", pero que el expediente disciplinario se le abrió a la comunidad de propietarios y no al técnico, por lo que reclama "un poco más de intervención del Concello en este tema".

Pedro Roque pone de relieve que, ante las características de los edificios de la Ciudad Vieja, "debería haber más medios económicos y humanos" para que la conservación no quede solo en manos de los propietarios, en especial de las personas de mayor edad. "Obligar a una persona mayor, con las pensiones que hay hoy en día, a pagar su parte del arreglo de un edificio es casi imposible", recuerda, al tiempo que destaca que en muchos inmuebles viven solo una o dos personas y ni se rehabilitan ni se venden.

Para Roque, "un barrio con características específicas hay que tratarlo con medidas específicas", a lo que añade que en otras ciudades los consorcios "han funcionado muy bien", como en Santiago y Pontevedra, mientras que en A Coruña aquí la rehabilitación nunca termina, por lo que exige "un esfuerzo mayor".

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