Un grupo chino se perfila como nuevo dueño de Albada

Un consorcio industrial chino vinculado al Estado va camino de convertirse en el nuevo propietario de la empresa Urbaser, que utiliza la denominación comercial de Albada en la concesión de la planta de tratamiento de basuras de Nostián. El proceso iniciado hace meses por el grupo ACS -presidido por Florentino Pérez- para deshacerse de esta filial suya con el fin de aligerar la elevada deuda que soporta puede concluir en breve, según el diario Expansión, que apunta a que ella corporación CNTY es la mejor colocada para adquirir la empresa con una oferta que superaría los 2.000 millones de euros.

El Confidencial también señala a la opción china como la más probable para el futuro de Urbaser, pero sitúa a dos fondos de inversión controlados por el Estado entre los aspirantes a adquirir la compañía. El trasfondo de este interés del país asiático por la empresa, especializada en la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos, es el grave problema de contaminación que padece y al que intentaría dar solución mediante la compra de la tecnología que posee Urbaser, que gestiona plantas de incineración, además de la de reciclaje coruñesa.

ACS llegó a recibir 12 ofertas por Urbaser, que es asesorada por Société Générale y BBVA para seleccionar al comprador adecuado y ha desestimado ya la mitad de esas propuestas, de forma que tanto los fondos de inversión como el grupo industrial chino se configuran como los más aventajados en la carrera por hacerse con la filial de servicios del grupo que preside Pérez.

Otras concesiones

La operación no solo afectará en A Coruña a la planta de Nostián, sino también a otras filiales de Urbaser con concesiones municipales, como Otto-Tecmed, dedicada a la instalación, limpieza y mantenimiento de los contenedores y papelera, así como Orto, que comparte el mantenimiento de los parques y jardines de la ciudad con Malvecín y Cespa.

El nuevo propietario de Urbaser tendrá que afrontar los problemas que soporta su concesión en la planta de tratamiento de Nostián, que ha padecido contratiempos desde su puesta en marcha y que mantiene cuatro conflictos judiciales con el Concello. Fue el Gobierno local presidido por Francisco Vázquez el que adjudicó en 1998 la gestión de este complejo a la unión temporal de empresas formada por Babcock y Tecmed, esta última en la actualidad Urbaser.

La primera de esas firmas solo tenía el 26% del capital de Albada, nombre que adoptó la concesión, en la que figuraba como socio tecnológico. En 2001 Tecmed se hizo con la participación de Babcock, pero al año siguiente ocurrió la explosión de uno de los biodigestores de materia orgánica, que en 2005 también sufrieron una avería importante, lo que llevó a Urbaser a solicitar a su antiguo socio una indemnización de 20,9 millones de euros por los defectos de construcción y funcionamiento que considera que existen en las instalaciones de Nostián.

Las continuas denuncias del PP durante su etapa en la oposición sobre el funcionamiento de la planta le animaron a encargar unas auditorías sobre la misma al llegar al Gobierno local. Los informes desvelaron que la concesionaria padece pérdidas desde 2005 y que su situación económica era tan complicada que estaba en riesgo su continuidad como responsable de la planta.

Urbaser reclama además al Concello 36 millones de euros por supuestos errores cometidos al calcular la basura que llegaría separada correctamente a la planta y recurrió además la decisión del Gobierno local del PP de anular el acuerdo para pagarle anualmente 3,37 millones por el transporte y tratamiento del 55% de los rechazos. Otro de los conflictos judiciales que le enfrentan con el Concello es el sistema implantado en 2013, que aumenta el precio a pagar a la empresa si se reduce el volumen de basura que llega a Nostián.