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Crítica

Repertorio sinfónico

Magnífico concierto de la Banda Municipal enfrentada a un programa sinfónico con muy acertadas adaptaciones al conjunto de vientos. La versión de Scheherezade, en excelente transcripción de Artés, quien fuera contrabajista de la Banda, ha constituido uno de los grandes logros de la agrupación. Aunque es probable que haya habido otras interpretaciones de la obra de Rimsky, tengo bien documentadas tres, correspondientes a los años 1974, 1978 (ambas con Groba) y 2004 (con Van Bree). Esta última fue, al parecer, la menos afortunada. En todo caso, la actual ha sido extraordinaria. Me gustaría poder mencionar a todos cuantos han intervenido en ella con momentos destacados; pero, al no poder hacerlo, debo mencionar la sensacional actuación del requinto, Marcos Represas. Y, habida cuenta de que no siempre tengo la oportunidad, la de los cuatro magníficos percusionistas con notables intervenciones. A pesar de que la obra de Liszt tuvo una feliz lectura, no pudo alcanzar el eminente nivel de la partitura anteriormente mencionada. No es posible alcanzar el máximo nivel en todos los casos. Pero tal vez volvió a lograrse en un precioso bis: el intermedio de la ópera de Mascagni, Cavalleria rusticana. Valoro especialmente la dificultad de interpretar esta página admirable, donde juegan tan destacado papel los arcos de la orquesta, con una agrupación de instrumentos de aliento. Como en el caso anterior, excelente transcripción de José Luís Represas.

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