Oza revive la historia de su capilla

Fue la playa en la que los habitantes del barrio de Os Castros se bañaron durante décadas, pero hoy en día está ocupada por varaderos de reparación de buques e instalaciones náuticas, por lo que para quien no la conoció en el pasado se hace difícil concebir que este fuera un espacio natural para el disfrute popular. Y, además, con un edificio a sus espaldas de marcado carácter histórico, como es la capilla de Oza, antigua sede de la parroquia de Santa María, que en el siglo XIX se trasladó al barrio de Monelos.

La desaparecida playa del Lazareto, llamada así por haber albergado el edificio donde pasaban la cuarentena los pasajeros que llegaban enfermos al puerto y más tarde los soldados de la guerra de Cuba, fue el protagonista ayer de la última Festa da Memoria organizada por la asociación de vecinos de A Gaiteira-Os Castros dentro de su programa Pantasmas de Oza, desarrollado durante los últimos tres fines de semana.

El historiador Xosé Alfeirán y los escritores Xosé María Monterroso y Xurxo Souto hablaron en la capilla -hoy desacralizada y propiedad del Sergas por hallarse en el recinto del Sanatorio de Oza- acerca de la historia de esta zona del municipio que en 1912 fue anexionado por A Coruña. La posibilidad de entrar en el antiguo edificio religioso fue una oportunidad que no desaprovecharon los asistentes a la fiesta, ya que han sido contadas las ocasiones en las que sus puertas han sido abiertas al público desde que fue restaurado en 1993. El propio Alfeirán comentó que, a pesar de su condición de historiador, era la primera ocasión en la que podía visitar este templo.

Tras la disertación, los asistentes se trasladaron al jardín del Sanatorio de Oza, donde participaron en una comida popular que fue amenizada con los vinilos seleccionados por Jas Processor y que rememoró las antiguas merendiñas que se realizaban en este lugar.