La Xunta rechaza financiar vuelos y afea a las ciudades su “falta de coordinación”

Ofrece su apoyo para diseñar un mapa de rutas y destaca su inversión en la promoción turística | Oporto basó su crecimiento en ayudas y la gestión profesionalizada a largo plazo

Dos aviones en el aeropuerto de Alvedro. |   // CARLOS PARDELLAS

Dos aviones en el aeropuerto de Alvedro. | // CARLOS PARDELLAS / Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Primer enfrentamiento entre la nueva Xunta y los concellos de A Coruña, Santiago y Vigo. El frente común de los tres gobiernos municipales surgido del Comité de Coordinación Aeroportuaria de Galicia de esta semana que reclamaba un plan estratégico conjunto y fondos para nuevas rutas se ha encontrado con la evasiva del Gobierno gallego, quien les ha afeado su propia falta de entendimiento en esta materia. “Ninguno de los tres dio pasos para avanzar en esta línea, cada uno tira para su lado y solo quiere financiar vuelos a su aeropuerto sin renunciar a nada”, explican fuentes de la Consellería de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, en la que todavía se desconoce si estarán presentes las competencias de movilidad tras su reestructuración. Desde la Xunta se mantiene la necesidad de “coordinar de forma conjunta la planificación de rutas” en las tres terminales, aunque pide que sea “sin visiones meramente localistas” en los ayuntamientos.

La postura surgida del encuentro del martes en el que también participaron el Ministerio de Transportes, Aena o las distintas cámaras de comercio significaba el retorno al modelo implementado por Manuel Fraga en 2004 y que Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo prolongaron hasta 2013. Las alcaldesas de A Coruña y Santiago se sumaron a una vieja demanda del Concello de Vigo, en la que pedían “la misma cantidad económica a todos los aeropuertos”. Inés Rey pidió que “no se discriminara a Alvedro” y considera clave este acuerdo para “incentivar los destinos turísticos y facilitar la actividad económica y empresarial” en la comunidad. Goretti Sanmartín apuntó a la “singularidad” de tener que competir con Oporto y reclamó un “plan estratégico” en el periodo 2024-2028 y más fondos para frenar la pérdida de rutas registrada en Lavacolla.

Desde la Xunta aplauden que los tres gobiernos municipales apuesten por la coordinación “para que el sistema deje de ser vulnerable a eventualidades y pueda competir en mejores condiciones”. De esta manera, repite su ofrecimiento para encabezar la “elaboración de un mapa de rutas coherentes y sin duplicidades, que respete las prioridades y preferencias de las ciudades”. Reivindican la labor desarrollada por el otro departamento autonómico implicado. Destacan que la Axencia Turismo de Galicia “está haciendo una fuerte promoción e incentivando la marca Galicia como destino turístico”, algo que “seguirá haciendo en el futuro”. En reacción a este frente común surgido desde el ámbito municipal, la Xunta también descarga responsabilidad sobre el Gobierno de España. Las mismas fuentes señalan que ya han trasladado de forma reiterada “la necesidad de adoptar medidas para garantizar la viabilidad y competitividad teniendo en cuenta el impacto del AVE y la alta dependencia de los aeropuertos gallegos de las conexiones con Madrid”.

La fórmula del éxito

Quince años después de lograr el sorpasso a la suma de los tres aeropuertos gallegos, la sombra del Francisco Sá Carneiro se proyecta sobre Alvedro, Lavacolla y Peinador. El crecimiento del 336% de la terminal lusa no se basa solo en el despegue económico y turístico de la segunda ciudad portuguesa. Desde 2007 el Gobierno luso ha profesionalizado la gestión de su aeropuerto con tres pilares básicos: dirección independiente a los cambios políticos, planificación a medio plazo con objetivos para cada aerolínea y millones de euros en ayudas e incentivos fiscales.

Entre 2007 y 2015 el Gobierno destinó casi 30 millones de euros en toda su red para atraer nuevos turistas, pagando hasta 550.000 euros por cada nueva ruta que se abriera en Oporto, “Un aeropuerto crece si hay un aumento del número de destinos, si se aumentan las rutas y las compañías”, explicaba con orgullo el presidente de ANA, la Aena portuguesa, tras alcanzar los 10 millones de viajeros por primera vez en 2017. El pasado año superó los 15,3, casi el triple que los gallegos.

En España, los directores de aeropuerto designados por Aena no tienen competencias “comerciales” más allá de ofrecer información a aerolíneas como Volotea o WizzAir, con las que ya ha habido conversaciones para traer viajeros a Galicia.