Entrevista | Michael Zeuske Historiador, participa en los Diálogos Internacionais Humboldt de A Coruña

“Humboldt es el máximo antirracista de sus tiempos, y lo explica científicamente”

“Estaba en contra de la esclavitud y era muy crítico con las castas de la América colonial”

El historiador Michael Zeuske.   | // CARLOS PARDELLAS

El historiador Michael Zeuske. | // CARLOS PARDELLAS

El historiador Michael Zeuske es profesor en la Universidad de Bonn, y está especializado en la historia del Caribe y de la esclavitud. También es experto en el científico alemán Alexander von Humboldt, que en 1799 partió de A Coruña para realizar una expedición científica por América, y ha estudiado, entre otros documentos, el diario que el estudioso escribió en La Habana en 1804. Este martes participó en la edición de este año de los Diálogos Internacionais Humboldt, que se celebró en el castillo de Santa Cruz, en la localidad coruñesa de Oleiros. El historiador Xosé A. Fraga moderó su conferencia.

En su Ensayo político sobre la isla de Cuba, Humboldt deja escrito que “la esclavitud es, sin duda, el mayor de los males que han afligido a la humanidad”.

Hay un Humboldt publicado, como el de esta frase famosísima, y un Humboldt que describe lo que está viviendo en su diario. Viajó a Cuba no tanto por interés científico o de abolicionismo, sino por dinero: en Venezuela no le habían dado plata, y un rico hacendado de Cuba sí. En La Habana vivió en casa de un negrero muy importante, Juan Luis de la Cuesta, que le pagó la estancia. Humboldt vivía en un ambiente de esclavistas, como toda la élite de aquel entonces, aunque no fuera esclavista él mismo. Los esclavos le servían la comida, planchaban... Conoció la esclavitud desde muy cerca y sacó mucha información para sus publicaciones. Actuó como un científico, no como un activista. Mirando, observando y sacando informaciones. En el momento se compota como un buen diplomático, parte de una élite social que utiliza esclavos. Nunca se faja con un negrero o un esclavista. Luego se hizo abolicionista.

¿Cuáles son sus argumentos para oponerse a la esclavitud?

El primer argumento es moral, pero también argumenta que la gran propiedad que solo se puede trabajar con esclavos no rinde tanto como si la tierra estuviese en pedacitos de campesinos libres, que van a producir más, mejor, y de forma más adecuada a una sociedad social.

¿Qué vio en las diversas colonias españolas en América?

Primero ve la esclavitud en Venezuela, antes de la revolución, y es muy crítico. Observa a las familias ricas de la élite, que dicen que “vamos a mantener la esclavitud cuando hagamos la revolución y fundar una república blanca”. Humboldt lo escribe cuatro o cinco veces. Es muy crítico con las elites esclavistas en el sentido político. Después va a La Habana y vive entre familias esclavistas y negreras. El que le paga la estancia es un negrero muy culto, muy interesado en la ciencia, la cultura, la música, los libros. Humboldt observa la esclavitud en las plantaciones de azúcar, está dos semanas en una al sur de La Habana y describe cómo trabajan los esclavos y cómo puede mejorar su vida con tecnología. Luego va a la actual Colombia, Perú, Ecuador y México.

Era una sociedad con diferencias raciales y sociales: blancos, criollos, negros, mestizos, nativos...

Observa muy bien las jerarquías sociales de la colonia y las describe perfectamente bien. Es totalmente antirracista: es el máximo antirracista de aquellos tiempos. Lo importante es que lo explica científicamente, según sus conocimientos: si un hombre y una mujer de lo que llaman diferentes razas puedan tener hijos, no puede haber razas. En la historia de la humanidad no hay razas.

La sociedad de las colonias tenía castas bastante estrictas. ¿Reflexiona acerca de este aspecto de la organización social?

Sí, es muy crítico con las castas, como un sistema de jerarquías que no es bueno. Viene un blanco pobre de España o Europa a América y siempre se siente superior a los mulatos y negros, usando la jerga colonial. Describe críticamente la casta de los negros y la de los blancos. Lo que parece que no entiende bien es la transculturación, hijos de diferentes castas. No entiende la música, los carnavales, los tambores... O no lo quiere entender, porque eso para él no es cultura.

En su charla habla de los nuevos descubrimientos sobre Humboldt.

Hemos encontrado, en Alemania, el diario que Humboldt escribió en La Habana en 1804, 28 páginas a mano. Era el famoso diario perdido de Humboldt, que fue botín de guerra, acabó en Polonia, y en 2006 una colega de Berlín lo descubrió. Lo publicamos como algo muy novedoso, y ahora está publicado en La Habana en español.

¿Qué nuevas dimensiones permite ver sobre Humboldt?

Llega a La Habana, por segunda vez, en marzo de 1804, dos meses y medio después de la declaración de la república de Haití, la primera república de negros revolucionarios. Acabaron tanto con la colonia [francesa] como con la esclavitud. Eso es un choque, no para Humboldt, sino para la sociedad esclavista de La Habana. Humboldt les dice a esta élite esclavista: “ustedes tienen que darle más comida [a los esclavos], no hacerles trabajar tanto, o van a tener que tener el mismo problema que los franceses”.

¿Cómo reaccionó la sociedad cubana ante las noticias de Haití?

Prohiben que las tropas españolas que estaban luchando contra las francesas, manden soldados negros tomados como botín a Cuba. La Corona y los burócratas coloniales temen que hagan la revolución en Cuba. Los esclavistas cubanos industrializan las plantaciones, y Arango y Parreño [político y hacendado], prácticamente el especialista de la economía de plantaciones en esclavos dice: “Necesitamos más personas esclavizadas femeninas, para que haya hombres con mujeres; vamos a tener un gran problema con hombres solos”. Habían tenido siempre hombres fuertes, para el trabajo de plantación, y se los quiere suavizar, por decirlo en palabras de aquel entonces, llevando más mujeres a Cuba.

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