Reportaje

Alba, la editorial que convierte los libros en objetos de deseo

El sello, fundado por Javier Moll y Arantza Sarasola, cumple treinta años con un amplio y variado catálogo que es una referencia en España entre los lectores más exigentes

Idoia Moll, directora de Alba, fotografiada en la sede de la editorial en Barcelona.

Idoia Moll, directora de Alba, fotografiada en la sede de la editorial en Barcelona. / Elisenda Pons

Inés Martín Rodrigo

Todos los lectores tenemos nuestros libros favoritos, esa selección de títulos a la que volvemos con deleite, no importa las veces que los hayamos leído. Pero pocas veces sucede, casi nunca, de ahí lo excepcional de esta historia, que esas obras pertenezcan a un solo catálogo, hayan sido editadas en la misma casa, hogar literario que les da cobijo, y a nosotros también.

Es esa experiencia lectora, aglutinadora de excelencia narrativa, lo que hace distinta a Alba, un sello único en el mercado español y, en parte, también fuera de nuestras fronteras.

Estos días, la editorial que fue capaz de volver contemporáneos a Charles Dickens, Iván Turguénev o las hermanas Brönte, entre cientos de otros destacados autores clásicos, cumple treinta años y, claro, un aniversario así merece la pena ser celebrado.

Un sueño cumplido por muchos lectores que fue, primero, de Javier Moll y Arantza Sarasola, editores del grupo Prensa Ibérica con vocación y responsabilidad que hicieron de su vida su pasión, y de su pasión su vida, y decidieron poner en marcha, allá por 1993, en la Barcelona post olímpica, una editorial con la que seguir construyendo, en este caso desde la literatura, el tejido cultural español.

Según el Diccionario de la RAE, 'alba' es, en su segunda acepción, “amanecer”, y Moll y Sarasola quisieron trasladar ese significado, tan poético como evocador, a su proyecto editorial, de ahí el nombre elegido, que pronto fue inconfundible.

Cuando la ensoñación se volvió realidad, no disminuyó la magnitud ni la dificultad de la tarea editorial, que echó a andar en el barrio de Sant Gervasi con ánimo de búsqueda, propia y ajena, siendo las primeras colecciones más bien de nicho, dirigidas a un lector muy especializado.

Aunque la vocación de Alba siempre fue literaria y universalista, ya que el principal objetivo de partida de sus fundadores fue cubrir los “huecos” que, sí, entonces existían en las librerías y en las bibliotecas españolas. Entre los muchos logros del proyecto de Moll y Sarasola está el hecho de que, tres décadas después, Alba sigue hallando esos “vacíos”, y continúa llenándolos con renovado ánimo descubridor.

En 1995, tras esa primera etapa de indagación y posicionamiento, el escritor y traductor Luis Magrinyà se incorporó como editor externo y, así, nació Alba Clásica, colección que, con el tiempo, se convirtió en el motor de la editorial. La propuesta inicial de Magrinyà fueron cuatro títulos al año, y el primero de ellos fue 'Mansfield Park', la más densa y compleja de las novelas de Jane Austen y de la que, en aquel momento, no había traducciones disponibles en España.

A ella se fueron sumando clásicos universales ('Guerra y paz', 'Crimen y castigo', 'La regenta', 'David Copperfield', 'Jane Eyre'… la lista es gratamente interminable) que, con un diseño atractivo y elegante y excelentes traducciones, consiguieron entrar en las mesas de novedades de las librerías, todo un hito en el mundo de la edición en España.

La vigencia de los clásicos

Idoia Moll se puso al frente de la editorial en 2011 y la dirige con la misma intención que desde los inicios: publicar libros muy cuidados, bonitos, y convertirlos en objetos de deseo para el lector. Con ese ánimo, Alba logró quitarle el polvo a los clásicos, tratando a Chéjov o Dostoievski con la misma vigencia que a cualquier autor contemporáneo.

Alba consiguió que los clásicos entraran en las mesas de novedades de las librerías, todo un hito en el mundo de la edición en España

Así, consiguió ocupar un espacio editorial que, en nuestro país, no estaba cubierto por nadie, de ahí que pronto aparecieran las réplicas, cuando no copias, aunque nada haya, nunca, como el original. Hoy, las colecciones de Alba Clásica, Alba Clásica Maior y Alba Minus cuentan con más de trescientos títulos publicados, y son un referente en la edición de clásicos en lengua española.

Pero no son las únicas piezas de la gran maquinaria narrativa que es Alba. La diversificación y la variedad son, en este sector, un grado, y eso lo supieron ver, desde el principio, en la editorial. Siempre han publicado los libros que han querido, en los que han creído, lo que no significa que no estén pendientes del mercado. Sirva como ejemplo el ensayo El cerebro del niño, un 'longseller' que, desde 2011, lleva vendidos más de cien mil ejemplares y que fue una apuesta personal de Idoia Moll.

'El cerebro del niño', una apuesta personal de Idoia Moll, lleva vendidos más de cien mil ejemplares desde que se publicó hace ya más de una década

Ahí está, también, la colección de Artes Escénicas, dedicada a la formación de actores y directores de teatro y cine con autores de la talla internacional de Uta Hagen, Augusto Boal, Jacques Lecoq o Peter Brook.

Este último, premio Princesa de Asturias de las Artes en 2019, protagonizó, hace tiempo, una de las anécdotas que ya forman parte de la historia más personal de Alba: en principio molesto con el título, a su juicio “excesivamente comercial”, que la editora de entonces había elegido para uno de sus libros, terminó encantado al ver la cubierta de la obra, en la que estaba muy joven y guapo, que en una edición posterior pasó a titularse 'Cambiar el punto de vista'.

El responsable de aquello fue Pepe Moll, pintor, diseñador y autor de las cubiertas de Alba. Suya es la imagen de la editorial, porque sólo él, con su sensibilidad, con su conocimiento de la pintura y de la historia del arte, es capaz de llenar de humo la portada de 'Anna Karénina' (hubo lectores que escribieron a los editores indignados por el 'spoiler'), o de colocar un botín en la de La señora Bovary (Flaubert era fetichista de este calzado femenino).

Éxito internacional

Una de las colecciones que más alegrías ha dado a la familia de Alba en los últimos años ha sido Pequeña&Grande, que se compone de biografías ilustradas para niños. Tras su puesta en marcha, vendieron los derechos a la editorial inglesa The Quarto Group, y ya hay traducciones en más de treinta lenguas extranjeras. De hecho, en una reciente edición de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, una editora alemana se quedó muy sorprendida al descubrir que era Alba la editorial creadora de una colección tan exitosa en todo el mundo.

De los libros pertenecientes a la colección de biografías ilustradas para niños Pequeña&Grande hay traducciones en más de treinta lenguas extranjeras

Mención aparte merece la dificultad que entraña 'rescatar' obras, minimizada por los mismos críticos y editores que menosprecian a los clásicos por su supuesta baratura, al estar, en teoría, exentos de derechos de autor, una falacia fruto del desconocimiento de cómo funciona realmente este trabajo y en qué consiste.

Algunos de los libros de Alba no están vivos actualmente en su mercado original. Es el caso de 'No, mamá, no', de la escritora inglesa Verity Bargate, una novela de 1978 (localizar, ya no a la autora y sus herederos o agentes, sino un ejemplar en inglés, fue toda una aventura) y uno de los 'longsellers' de esa deliciosa colección que es Rara Avis. Bargate no está hoy en el catálogo de ninguna editorial inglesa y, sin embargo, en España ha sido un éxito.

Literatura contemporánea

La literatura contemporánea también tiene su lugar en Alba. En esa colección, que desde 2010 llevaba la escritora María Tena y ahora ha pasado a depender del también autor Manuel Guedán, han aparecido títulos como 'Pequeños fuegos por todas partes', de Celeste Ng, novela en la que está inspirada la serie de Reese Witherspoon y Kerry Washington, o 'Campos azules', el sorprendente debut en la ficción, a los 73 años, de la española Julia Soria, quien, pese a ser una “autora tardía”, se sintió “tratada con toda la amabilidad, la seriedad y el tacto” propios de la “buena educación”, y describe su experiencia con Alba como “corta, pero inolvidable”.

Desde la primera novela, y ya está a punto de salir la decimocuarta, comprendí que estaba ante una editorial diferente, que mimaba tanto a sus autores como a sus ediciones

José Luis Correa

— Autor

Alba Contemporánea pertenecen, asimismo, los libros de José Luis Correa, cuya relación con la editorial “se remonta a principios de siglo”. “Cuando no me conocía nadie -explica Correa- y por supuesto nadie me publicaba, Alba apostó por un escritor de provincias que se había empecinado en crear un detective canario. Desde la primera novela, y ya está a punto de salir la decimocuarta, comprendí que estaba ante una editorial diferente, que mimaba tanto a sus autores como a sus ediciones. La finura de sus publicaciones se ha visto refrendada por diferentes galardones y los lectores han sabido siempre premiar esa estética. Sólo tengo agradecimientos para ellos”.

Más de veinte años lleva Silvida Adela Kohan publicando sus libros de técnicas literarias, es decir, guías para aprender a escribir, en Alba. "Escribirlos para ellos ha sido siempre un placer y una responsabilidad, debido a su prestigio, que ha ido creciendo año tras año hasta llegar a Idoia Moll, que facilita la labor de los autores y la enriquece con sus acertados comentarios sugerentes y respetuosos", cuenta la autora.

Creatividad

En la última etapa, la editorial ha lanzado Alba Poesía, una colección que ofrece manuales de poesía clásica y contemporánea, muchos de ellos en formato de antología, y en ediciones bilingües cuando se trata de traducciones. A su cargo está el escritor y crítico Gonzalo Torné, cuyo objetivo es “hacer de la lectura un viaje confortable para el lector sin renunciar a la calidad del texto. Pensamos libros que sean densos en el buen sentido, sustanciosos”.

El próximo así concebido será una 'Antología de las poetas estadounidenses' que llegará a las librerías españolas antes de que acabe el año. “Alba ha marcado estilo -continúa Torné-. Es una editorial sofisticada, con mucho gusto, que busca un criterio de literatura de calidad, legible, accesible”. Torné es consciente de que treinta son “muchísimos años”, pero destaca que “la sensación que da desde fuera es que Alba es una editorial joven: tiene treinta años, pero es siempre sorpresiva, no se puede saber qué va a venir, hay mucha creatividad”.

La sensación que da desde fuera es que Alba es una editorial joven: tiene treinta años, pero es siempre sorpresiva, no se puede saber qué va a venir, hay mucha creatividad

Gonzalo Torné

— Responsable de Alba Poesía

El poeta y editor Juan F. Rivero conoció Alba como lector hace ya casi una década y media, cuando estudiaba Filología, y en 2019 se sumó como traductor a Alba Poesía. Recuerda que el primero de sus libros que cayó en sus manos fue la mencionada edición de 'Anna Karénina' y con el tiempo no tardaron en sumarse a su colección numerosas obras publicadas por Alba. "En la medida en que me iba desarrollando como lector y dando a conocer como poeta y traductor de poesía, el de los libros de Alba se fue convirtiendo en uno de mis modelos preferidos", confiesa.

Toda esa creatividad a la que aludía Torné se traslada, también, a lo virtual. La presencia de Alba en redes es brillante y constante, sobre todo en Twitter, donde tiene 69.300 seguidores. Allí, además de anunciar sus novedades y abrir hilos diarios con interesantes historias de sus libros y de sus autores, cada viernes recomienda un libro de otra editorial. Un gesto de complicidad que tanto los otros sellos como los lectores agradecen.

En Twitter, precisamente, todavía durante la pandemia, un lector con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) hizo un comentario elogioso sobre uno de los clásicos de Alba, 'El diario de un hombre decepcionado' (1919), cuyo autor, W.N.P. Barbellion, que murió apenas unos meses después de publicarlo, narra su experiencia con esa enfermedad. Fue tal la respuesta al tuit que Alba tuvo que reeditar el libro, que estaba casi agotado.

Hace ya más de una década, la sede de la editorial se estableció en un local a pie de calle en el barrio Gótico de Barcelona, un lugar con mucho encanto y hasta ¡una lápida romana! Desde allí, el equipo de Idoia Moll sigue construyendo un catálogo que no deja de crecer, como sus lectores. Una labor que es posible gracias al apoyo incondicional de los fundadores. Año tras año, Javier Moll y Arantza Sarasola han apostado por su amor a los libros. Querían contribuir culturalmente, que Alba fuera algo de lo que poder sentirse orgullosos. Y lo han conseguido.