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Deportivo - Nástic

Riazor, garantía y obligación

El Dépor retoma la Liga con el deber de sumar los tres puntos ante un Nàstic herido. Jugar en casa es un seguro para los coruñeses, que ganaron cinco de sus seis partidos oficiales como locales

Riazor, garantía y obligaciónla opinión

Jugar en Riazor se está convirtiendo en una garantía para el Deportivo y a la vez en una obligación, la de sumar sin fallo los tres puntos para no descolgarse de la cabeza. Es su deber, y más teniendo en cuenta el preocupante rendimiento que está ofreciendo a domicilio. Fuera de casa el equipo de Oltra no acaba de tomarle el pulso a la competición. Por eso necesita amarrar todos los puntos en A Coruña para no perder comba con los de arriba. El Nàstic aún no conoce la victoria en el presente campeonato, pero llega herido y con ganas de aprovechar una gran plaza como Riazor para darse una alegría, la primera, y marcar un punto de inflexión en su trayectoria.

La del Dépor está siendo moderadamente aceptable gracias, fundamentalmente, a su solidez como local. Es lo que lo mantiene a flote. Ha ganado cinco de los seis encuentros oficiales que ha disputado en A Coruña y esa solvencia en su propio estadio es una marca característica de los candidatos al ascenso. Buena noticia, ideal para un equipo todavía en crecimiento y al que aún le falta bastante para encontrar su mejor nivel. Por lo menos, en Riazor está sacando los partidos adelante. De eso se trata para mantenerse en la pelea. De eso, y de algunas cosas más. Por ejemplo, encontrar un patrón de juego definido que, por el momento, todavía no está nítido, o al menos ésa es la impresión que da. El día que el Dépor sepa de verdad a qué juega, dará un paso de gigante en sus aspiraciones.

Importa el fondo, aunque también las formas. Y las del Dépor, hasta la fecha, dejan mucho que desear. Gana sufriendo, pero por lo menos gana. Eso con suerte, y en Riazor, porque a domicilio el equipo se diluye. Le pasó en Alcorcón y luego en Alcoy, dos avisos de lo que le espera en la categoría. Fuera tocará sufrir, así que en Riazor no hay margen de error. Los ascensos quizá no se ganen en partidos como el de hoy, pero sí se pueden perder.

El regreso de Guardado tras la convocatoria de su selección alivia a Oltra, cuyos planes siguen estando demasiado condicionados por las numerosas bajas. Hasta siete tiene para hoy, todas por lesión, así que seguirá apostando por el mismo bloque de las últimas jornadas. El mexicano, pichichi del equipo con tres goles, volverá a formar en la banda derecha y cederá la izquierda a Diogo Salomão, otro de los futbolistas más en forma del Dépor. Enfrente, el Nàstic de Juan Carlos Oliva, que en caso de derrota podría despedirse del banquillo catalán. Recupera a Tuni y Morán, aunque no saldrán de inicio.

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