Baloncesto - LEB Oro

El año de la fiebre naranja

El Palacio se prepara para el segundo lleno con el Leyma ante el Castelló en una temporada en la que se han multiplicado los viajes y se ha disparado la asistencia

Vista general del Palacio de los Deportes en el partido ante Estudiantes. |  // ÍÑIGO ROLÁN / ROLLER AGENCIA

Vista general del Palacio de los Deportes en el partido ante Estudiantes. | // ÍÑIGO ROLÁN / ROLLER AGENCIA / Carlos MIranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

El Leyma tiene el ascenso a la ACB en el horizonte, pero los últimos meses ya ha dejado un legado mucho más importante, el de la unión entre un equipo y una afición. Quien estuviera hace más de una década en la grada de la polideportiva de Riazor, cuando los seguidores naranjas eran contados, no se creería lo que han visto sus ojos en los últimos meses en torno al Leyma. Ha sido un crecimiento gradual desde 1996, el año de su fundación, con una eclosión evidente en las dos últimas temporadas. Los viajes, las quedadas para ver al equipo cuando juega fuera de casa, los grupos de animación, los llenos... El segundo será este domingo en el duelo ante el Castellò con la posibilidad de vivir historia en directo. Nadie se lo quiere perder, nadie quiere que el Básquet Coruña se sienta solo.

El Leyma ya va más allá del seguimiento puntual, de reventar las gradas en el momento del ascenso. Tras ese lleno ante Estudiantes, toca ahora otra cita grande, pero donde se ha ido forjando es paso a paso con el aumento de decibelios, con el incremento paulatino de aficionados en los asientos del Palacio y con acciones puntuales como citas para ver los partidos de fuera de casa en la cervecería de La Estrella, con la creación de más peñas (ya hay cinco) y con los desplazamientos, el punto de inflexión.

En los últimos años ya había habido intentos más tímidos a Oviedo y Torrelavega, pero esta campaña se afianzaron con más fuerza. Hubo 500 aficionados naranjas en Madrid soñando con ganar la Copa Princesa o 400 hace unas semanas en Ourense en un derbi ante el COB en el que el equipo de Diego Epifanio no podía fallar. El duelo tuvo previa para que las aficiones confraternizaran. No fueron los únicos viajes. Se desplazaron hasta Logroño y quién sabe si tocará ir a Melilla si nadie falla este fin de semana. El más difícil todavía.

Es el calor fuera y es el calor en el Palacio. La asistencia también ha ido in crescendo y desde el duelo ante Estudiantes ya coquetea continuamente con el lleno, más los fines de semana. Aquel día ante los colegiales hubo 4.235 espectadores, pero desde entonces no ha bajado nunca de 3.000 en ninguno de los siguientes compromisos, todos claves por el ascenso. Hay quien pide ya unas gradas supletorias en los fondos como ensayo del aforo mínimo requerido por la ACB.