Fútbol - Liga de Campeones

Haaland guía a Guardiola a una nueva cita con el Real Madrid

El Manchester City aprovechó la calidad del noruego para sentenciar al Bayern

Haaland celebra tras marcar el 0-1. |  // EFE/CHRISTIAN BRUNA

Haaland celebra tras marcar el 0-1. | // EFE/CHRISTIAN BRUNA / Marcos López

Marcos López

A la tercera llegó el gol de Haaland. A la tercera ocasión, penalti fallado incluido, acertó el nueve que se ha traído Guardiola al City para darle una nueva dimensión a su juego. Para marcar goles que no existían antes. Goles de un catálogo desconocido porque nació de un patadón de Stones —más juego directo no puede ser— para llevar al equipo inglés a las semifinales. Le aguarda a Guardiola el campeón de Europa. Le aguardan, además, viejos demonios vividos la pasada temporada. Le aguarda, en realidad, el duelo más decisivo de la temporada para acercarse a la Champions, el trofeo que le falta para completar un círculo perfecto en Inglaterra.

Fue un partido extraño. Extraño porque el City parecía no querer la pelota. Extraño porque el Bayern tardó en hallar el tesoro para hacerle daño a la férrea defensa inglesa. Aunque no tuviera mucho de férrea en Múnich. Y el tesoro, como lo detectó primero Coman y después Sané, se encontraba a la espalda de Aké, quien perdió el control. No tenía el control porque el Bayern ordenó bien la presión e intensificó la agresividad. No era el equipo dócil y sumiso que se asustó en la ida, sobre todo en la primera mitad. Nada más iniciarse la vuelta, Tuchel ya dio señales de que era otro estilo. Parecía que el técnico alemán también jugaba el partido. Ni diez minutos y tres entradas (De Ligt, Goretzka y Cancelo) como síntoma al City de que el escenario era muy distinto.

Apenas intimidaba el equipo de Guardiola, que renunció, y no por voluntad propia, a la posesión. Terminado el primer acto en Múnich, tercero y penúltimo de la eliminatoria, los ordenadores emitían el veredicto: 57% de posesión para el Bayern; 33% para el City. Sané, además, se transformó en la pieza más peligrosa, aunque no estuvo nada preciso en el remate.

Y hasta Haaland, tipo casi perfecto, inmaculado, cuya relación con el gol es sobrenatural, casi irreal, exhibió su lado más humano. Ese lado que tiene tan oculto que da la sensación que no lo posee. Pues, sí. Sí es terrenal. No, no es una máquina. Ni tampoco un androide. Un disparo de Gündogan desde fuera del área se cruzó en el imprudente brazo de Upamecano, quien no se sabe por qué extraña razón decidió sacarlo de su espalda. Era penalti. El escenario perfecto para el noruego. El momento adecuado para que el City liquidara al Bayern. Pero Haaland quiso ajustarse tanto su disparo que se fue por encima del larguero de un sorprendido Sommer, que se había vencido ya claramente a la derecha. Guardiola, desesperado en el banquillo, se tapó la cara. Quedaban diez minutos para el descanso.

Todo cambió, sin embargo, en la segunda mitad. Mejoró el City, mejoró Haaland. O, tal vez, fue al revés. Y entonces, tras un error previo de Haaland, aún con la capa humana, apareció el gol. Un gol nada City. Un gol que no existía en el catálogo de Guardiola. Un gol que nace de un ataque del Bayern, donde Coman, preámbulo del 0-1. Un patadón de Stones de 50 metros permitió a Haaland demostrar la trascendencia de su fichaje. Primero le ganó la batalla aérea a De Ligt y después impuso su miedo escénico a Upamecano, que se resbaló ante el noruego.

El Inter accede a semifinales con un empate ante el Benfica

El Inter de Milán ha accedido ayer a las semifinales de la Liga de Campeones gracias a su empate ante el SL Benfica (3-3), con goles locales de Nicolò Barella, Lautaro Martínez y Joaquín Correa, y ha hecho bueno así el 0-2 de ventaja que tenían los nerazzurri de la ida. El Estadio Giuseppe Meazza fue testigo de cómo el Inter se colaba trece años después en la penúltima ronda del máximo torneo del Viejo Continente. Sin sustos, los pupilos de Simone Inzaghi se adelantaron hasta dos veces en el marcador y, pese a la igualada definitiva, sacaron billete para jugar ahora un Derby della Madonnina contra el Milan. El argentino Lautaro Martínez, delantero del Inter, no se conforma con las semifinales y nada más finalizar los cuartos ante el Benfica apuntó a la final al asegurar que el juega “este deporte para ganarlo todo”.El MVP de la vuelta de semifinales lo dejó claro nada más terminar el choque, y también señaló que “estoy contento porque es un objetivo y las semifinales son el sitio en el que se merece estar este equipo”.