Fútbol

De la madre de Mbappé al padre de Messi: cuando los fichajes se negocian en el salón familiar

Cada vez más futbolistas (Haaland, Güler, Neymar, Ramos...) confían su representación a miembros de su propia familia, una práctica que no convence a muchos clubes

"Todo se vuelve más pasional y menos racional y profesional. Y eso rara vez es bueno", lamenta un exejecutivo de Primera División

Kylian Mbappé junto a su madre, Fayza Lamari, en una fotografía difundida por el futbolista.

Kylian Mbappé junto a su madre, Fayza Lamari, en una fotografía difundida por el futbolista.

Sergio R. Viñas

Las alarmas se encendieron en Barcelona cuando el periodista Toni Juanmartí cazó a Joan Laporta reunido en su propia casa con Jorge Messi, el padre del delantero argentino que este domingo ha sido presentado como nuevo jugador del Inter Miami. El presidente azulgrana hacía aquel día un último intento por cerrar el regreso del mejor jugador de la historia del club (y quizá del fútbol) y no lo hacía en una reunión con representantes, abogados, intermediarios... No, lo hacía directamente con el padre del jugador.

"Confío en mi papá, es el que lleva mis cosas, y lo que él me dice, yo lo hago", dijo el argentino en 2016, en una frase ya célebre, cuando acudió al juicio por presunto fraude fiscal, exhibiendo la incidencia que su padre tenía sobre su carrera. No es un caso aislado. Hoy, en este culebrón eterno que es el posible fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid, quien gana más protagonismo cada día es Fayza Lamari, la madre del futbolista.

Por ella pasa todo lo que tiene que ver con el futuro de Mbappé, con voz y voto decisivo. Como ha ocurrido con el padre de Arda Güler, decisivo, comisión millonaria mediante, para que la perla turca haya fichado por el Real Madrid en lugar de hacerlo por el Barça o por algún otro de sus numerosos pretendientes.

Haaland, Neymar, Ramos, Alves, Icardi...

Y cómo olvidar la subasta que emprendió Alfie Haaland para que el mejor postor (resultó ser el Manchester City) fichara a su hijo. O las millonarias comisiones que cobró el padre de Neymar cuando el Barça acordó su traspaso desde el Santos. O cómo Sergio Ramos acabó confiando, hace ya muchísimos años, su representación a su propio hermano, René. También está el caso de parejas (o ex), como Dani Alves y Mauro Icardi.

Son solo unos pocos ejemplos de los muchos que existen en el fútbol profesional de una tendencia cada día más acusada. Cada vez más futbolistas optan por confiar su representación a personas de su entorno familiar en lugar de ponerse en manos de profesionales de la materia. Los contratos ya no se negocian en grandes despachos de agencias sino, prácticamente, en el salón de la casa del futbolista. Al menos, ahí se discuten las diferentes ofertas que reciben de los clubes: "¿Qué me ofrecen, mamá?".

Leo Messi junto a su padre, en el banquillo de los acusados.

Leo Messi junto a su padre, en el banquillo de los acusados. / Archivo

"Esta tendencia genera dos problemas principales", explica un exejecutivo de un club de Primera División. "El primero -prosigue- es que no siempre encuentras un interlocutor profesional al otro lado de la mesa. Hay jugadores que confían su representación en familiares solventes y preparados para esa tarea, pero otros son meros aficionados, gente que no está preparada y que jamás podría llevar los negocios de otro futbolista que no fuera de su familia. Ha ocurrido que les empiezas a hablar de impuestos, derechos de imagen y demás y se pierden".

¿Profesional o personal?

"La otra dificultad que genera es que tú a un representante profesional le puedes presionar con ciertos comentarios sobre la calidad del futbolista. Le puedes decir 'tengo tres delanteros mejores que tu cliente en la plantilla', por poner un ejemplo. Pero eso a un padre o a una madre... Corres el riesgo de que se lo lleve a la personal, por lo que al final evitas ese tipo de tácticas y pierdes recursos en la negociación", añade este exdirectivo.

Alfie Haaland, padre del delantero del Manchester City.

Alfie Haaland, padre del delantero del Manchester City. / EFE

Desde el colectivo de los representantes profesionales, por descontado, se mira con mucho recelo a esta creciente tendencia de los futbolistas a confiar sus asuntos a miembros de su familia. Aunque también hay agencias que, viendo que no pueden derrotar a su enemigo, han decidido unirse a él. ¿Cómo? Formando e incorporando a esos familiares en sus estructuras empresariales, una jugada que les sirve para mantener al jugador en cuestión en cartera, dado que a su hermano o a su padre se le da una proyección de seguir viviendo del negocio una vez que él se retire del fútbol profesional.

"Diría que en la gran mayoría de los casos, los jugadores salen perjudicados a nivel profesional. Es complicado que una madre o un tío pueda tener una visión objetiva de la calidad y la proyección del chico. Hay un factor emocional que distorsiona la percepción y que más de una vez ha hecho fracasar negociaciones. Los agentes profesionales, con nuestros defectos, somos más fríos a la hora de valorar a nuestros clientes", comenta un agente, que también menciona otro factor: "Lo que hacen es intrusismo laboral".

Neymar junto a su padre.

Neymar junto a su padre. / Agustín Catalán

El nuevo reglamento de agentes FIFA

En esa línea, hasta hace poco, prácticamente cualquiera podía operar en el mercado de fichajes como representante de un futbolista o de un club, tras la desregulación del sector llevada a cabo en 2015. Un vacío que la FIFA decidió atajar mediante un Reglamento sobre Agentes de Fútbol (RFAF), que entró en vigor en enero de 2023 y que, entre otras cuestiones, fuerza a cualquiera que quiera ejercer esa tarea a superar un examen para obtener una licencia.

¿Servirá para dificultar el acceso de los familiares a estas funciones? "Lo dudo mucho. El que se lo quiera tomar en serio, se sacará la licencia. Y el que no lo haga, siempre puede alcanzar un acuerdo instrumental con un representante profesional, y pagarle una cantidad por poner la firma a los acuerdos", analiza otro agente consultado por El Periódico de España.