Campeón

Carlos Gimeno: el mundo a 27 metros del suelo

Tiene el orgullo de ser el único español ganador de una prueba de las Series Mundiales Red Bull Cliff Diving

Cumple su sueño de convertirse en clavadista permanente

El salto con el que Carlos Gimeno ha hecho historia

El salto con el que Carlos Gimeno ha hecho historia / H. U. D.

Santiago Icígar

Como muchos pioneros, Carlos Gimeno es único en su especie. En 2014 debutaba en las Series Mundiales de Red Bull desafiando la razón con su salto desde 27 metros haciendo el pino. Trabajo, sacrificio y una fuerza mental a prueba de bombas le ha llevado a coronarse en Mostar como campeón de una de las pruebas del circuito mundial y ganarse el derecho de ser el primer español clavadista permanente en el circuito.

Ver el mundo desde 27 metros de altura y jugarse la vida saltando al vacío, está al alcance de muy pocos. El camino recorrido por Carlos Gimeno hasta convertirse en clavadista permanente de las Series Mundiales de Red Bull para la próxima temporada, no ha sido sencillo para el grancanario que actualmente está viviendo su sueño. «Antes no existían piscinas de más de 10 metros de altura, esa situación ha cambiado en los últimos años, porque antes te veías obligado a tener que ir a trabajar en espectáculos en diferentes partes del mundo, que te daban la oportunidad de saltar desde 27 metros y poco a poco ibas subiendo la dificultad de los saltos y cuando llegabas al nivel exigido te llamaban de cliff diving (saltos de gran altura) para competir en ellos», rememora sus inicios en 2014 el clavadista isleño.

La disciplina de los grandes saltos de altura ha evolucionado tanto en los últimos años que incluso existen ya campeonatos júnior masculinos, que saltan desde los 15 metros y femeninos, que hacen lo propio desde 10 metros.

Estados Unidos, Canadá, China y Austria, son los países que cuentan con piscinas preparadas para el entrenamiento de esta modalidad de salto. En el caso de Madrid, ya cuentan con una plataforma a 12 y otra a 15 metros, que «nos sirve para prepararnos para los torneos, porque puedes dividir el salto en dos partes y luego unirlo», explica Gimeno.

La preparación

Lógicamente los deportistas que se dedican a esta disciplina no pueden «saltar todos los días desde 27 metros, porque se acabaría rompiendo tu cuerpo», explica el clavadista grancanario. «Habitualmente entrenamos saltando de alturas menores, de 3, 7, 12 o 15 metros, haciendo muchas repeticiones y cuando llega una competición solemos llegar una semana antes y allí ya terminamos de hacer los deberes para llegar preparados», explica Gimeno.

La exigencia es extrema y requiere una «preparación física y mental diaria, porque se necesita tener mucha precisión en el salto y en tus movimientos, al necesitar caer perfectamente en el agua para quedar entre los primeros puestos», relata el grancanario.

«Si caes mal te puedes matar, por eso es normal que antes de saltar haya miedo o nervios», admite

Detrás de cada salto Carlos Gimeno acumula «muchos entrenamientos, muchos abdominales, trabajo de gimnasio» en la parte física, mientras que en la preparación mental trabaja mucho con el tema de la aspiración, leo muchos libros para ayudarme en la concentración, suelo levantarme temprano para estar activo, salgo a correr, hago ayuno intermitente para hacer una dieta sana y saludable, todo ello es lo que me ha llevado a ser campeón de las series Mundiales de Red Bull»

Carlos Gimeno antes de saltar desde la plataforma de Mostar.

Carlos Gimeno antes de saltar desde la plataforma de Mostar. / RED BULL SANTIAGO ICÍGAR

En una disciplina deportiva en la que te juegas la vida en cada salto, el control y la concentración son vitales. «Saltar de 27 metros de altura equivale a un noveno piso y da igual que sea agua, porque si caes mal te puedes matar o lesionar, por eso es normal que antes de saltar te entren nervios y miedo, pero por otra parte, cuando lo que tú haces supone un reto personal y lo haces bien, la emoción viene después y es indescriptible, porque cuando has trabajado tan duro y te sale bien, sientes una sensación de euforia y de adrenalina difícil de explicar, es la felicidad absoluta», comenta el deportista grancanario.

El pasado sábado, en Mostar (Bosnia y Herzegovina), ganar su primera Serie Mundial, convirtió ese día en uno de los más felices de su vida. Su gesta se debió en gran parte al trabajo con su entrenador, Ramón Fumadó. Su triunfo histórico, como primer español en conseguirlo, convertía su sueño en realidad, al convertirse después de nueve años en clavadista permanente de las Series Mundiales de Red Bull Cliff Diving.

A diferencia de otras disciplinas deportivas minoritarias, Carlos Gimeno ha conseguido ganarse la vida con su pasión sin tener que buscar un trabajo con el que pagar las facturas, desde que debutó en 2014, con su célebre salto único haciendo el pino desde 27 metros de altura, lo nunca visto.