"Una generación que no se rinde"

El Barça prende la llama de Montjuïc tras la "remontada brutal" al Celta

No es el Camp Nou, ni tampoco aspira a serlo, pero en apenas cuatro partidos (Cádiz, Betis, Amberes y Celta) ha tejido una química especial

Cancelo celebra el 3-2, el gol que le dio el triunfo al Barça sobre el Celta en Montjuïc.

Cancelo celebra el 3-2, el gol que le dio el triunfo al Barça sobre el Celta en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Marcos López

Ya antes de que entrara en combustión con esos ocho minutos mágicos que le dieron al Barça la victoria sobre el Celta (del 0-2 al 3-2) se habían detectado señales de que Montjuïc tenía un aire al viejo y ya derruido Camp Nou. Ocurrió ante el Amberes. Pero fue solo un síntoma. Incluso sucedió antes de que Lewandowski, con el 1-2, encendiera la luz de la esperanza azulgrana.

Pero nada comparable a la llama que prendió tras esas sucesión de hechos inexplicables para explicar un triunfo conectado, como admitió luego Xavi, con "la épica, el coraje y la fe", que no con el buen fútbol.

Inicio de un idilio

Un triunfo que, en realidad, certificó el inicio de un idilio con Montjuïc que no se sabe cuánto durará. Ni si será fiable esta relación entre el aficionado culé que habita en esa casa de alquiler que tiene durante, al menos, año y medio, en la cima de una montaña olímpica.

Cancelo, tras marcar el gol del triunfo frente al Celta.

Cancelo, tras marcar el gol del triunfo frente al Celta. / Jordi Cotrina

La llama ha prendido con fuerza. Y con ese gol de Cancelo para lograr el 3-2 emergieron con más fuerza. No es el Camp Nou. Ni tampoco aspira a serlo. Pero en apenas cuatro partidos (Cádiz, Betis, Amberes y Celta) ha tejido una química especial. "Estamos cambiando la mentalidad y el público, también", ha subrayado Xavi.

No caben los 83.000 seguidores que de media asistían cada partido de la pasada temporada al antiguo templo culé. Pero ya ha reunido una colección de fieles que suben con cierta frecuencia al recinto que albergó los Juegos Olímpicos de Barcelona-92. Y, sobre todo, se sienten cómodos, más allá de las incomodidades que supone acceder a lo más alto de la montaña.

Cómodos y ruidosos

Cómodos y ruidosos, como el mismo Xavi admitió en los dos últimos partidos. Con el Amberes, donde arrancó todo, y con el Celta, inicio ya definitivo de esa conexión. Y donde no llegó el fútbol sí alcanzó, como reiteró varias veces Xavi, "la épica porque la gente continuaba animando y seguía teniendo fe".

. Lewandowski y Ter Stegen se felicitan tras el triunfo del Barça sobre el Celta en Montjuïc.

. Lewandowski y Ter Stegen se felicitan tras el triunfo del Barça sobre el Celta en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Esa es la llama que quemó el cielo del sábado en Montjuïc, un estadio que ya tiene su primera gran noche para el recuerdo. Una noche que casi pertenece al genéro del milagro más que del fútbol. "Esto demuestra el cambio generacional que se está viviendo incluso en la sociedad", apuntó el técnico del Barça buscando lecturas que van más allá de las puramente tácticas.

"Esta es una generación que no se rinde. En este club, y con un 0-2, se daba el partido por perdido y hasta te caía el 0-3"

Xavi

— Técnico del Barça

La victoria no se entiende desde la pizarra sino desde la piel. "Esta es una generación que no se rinde. En este club, y con un 0-2, se daba el partido por perdido y hasta te caía el 0-3", reveló Xavi. Cayó, sin embargo, un 3-2, limpios como están mentalmente esos chicos jóvenes y de la casa como "Gavi, que simboliza la remontada, Balde, Lamine, Araujo…", de viejos fantasmas que angustiaban a la institución.

"Es un punto de inflexión tremendo de carácter ganador. No es solo jugar bien a fútbol, es sacar el carácter, la épica y la fe, eso también lo tenemos nosotros"

Xavi

— Técnico del Barça

"Nos debemos rebelar ante estas cosas, no se tienen que instaurar", exigió el técnico. Y el público, antes incluso que el propio equipo, fue quien se rebeló. No se sabe cuántos son socios, turistas, aficionados de paso o de qué condición porque el club no facilita la lista de abonados que acuden a cada partido. Pero la cifra se mantiene casi siempre estable.

Laporta, feliz en el palco de Estadio Olímpico de Montjuïc durante el Barça-Celta.

Laporta, feliz en el palco de Estadio Olímpico de Montjuïc durante el Barça-Celta. / Jordi Cotrina

El primer día ante el Cádiz fueron 39.603; el segundo frente al Betis acudieron 45.055 (récord actual); el tercero con el Amberes fueron 40.989 y el sábado la visita del Celta provocó la presencia de 43.272 aficionados. O sea, se registra una media de 42.229 espectadores por cada partido que juega el Barça en su hogar provisional.

"Esta generación lucha hasta el final, es gente joven y de la casa, es un punto de inflexión tremendo de carácter ganador. No es solo jugar bien a fútbol, es sacar el carácter, la épica y la fe, eso también lo tenemos nosotros", confesó Xavi. No citó al Madrid, pero tampoco resultaba necesario.