FÚTBOL (LIGA) | REAL MADRID-ALMERÍA (3-2)

El VAR regala al Real Madrid una remontada ante el colista Almería

Hernández Maeso y el videoarbitraje pitaron un penalti inexplicable en el primer gol blanco, anularon un gol al Almería y no pitaron mano de Vinicius en la jugada del empate

Carvajal marcó en el minuto 98 el gol del triunfo

Fermín de la Calle

Se medía el Real Madrid al Almería en uno de los partidos más desequilibrados de la Liga. 42 puntos de diferencia entre un equipo que solo ha perdido un partido en su casa y otro que no ha ganado nunca fuera de su campo. Pero el fútbol es tan imprevisible que a los 38 segundos ya ganaba el Almería en el Bernabéu tras marcar Ramazani después de un mal pase de Nacho que los visitantes rentabilizaron. 

Los blancos venían de caer en un partido agónico en Copa ante el Atlético en el Metropolitano, el único sitio en el que ha mordido el polvo como visitante esta temporada. Se sumaba a esa prórroga la carga de la Supercopa, por lo que sorprendió que Ancelotti sacase un equipo tan titular ante el colista. Y a eso se sumaba que era una hora intempestiva para los blancos, las 16:15. Pero ni el aviso de Carletto con un once tan titular sirvió para activar a sus jugadores, que a los 22 minutos vieron cómo el Almería disponía de otra ocasión clara. No aparecía el Madrid y el colista se animaba poniendo más actitud que fútbol.

0-2 al descanso

A la media hora la grada pitaba a los madridistas, Ancelotti abroncaba a los suyos y Garitano se desvivía en la banda corrigiendo a los suyos. Un partido incómodo para todos. Especialmente cuando en el minuto 42 Edgar enganchaba una volea por la escuadra de Kepa, dos tiros y dos goles encajados, que desataban el enfado monumental del Bernabéu y el cabreo de un Ancelotti que se había equivocado al sacar a su once titular, totalmente desgastado. 

Entonces llegó una segunda parte que se convirtió en ruleta rusa. Y el árbitro, el joven Hernández Maeso, se animó a participar en el circo en el que se convirtió el partido. Carletto tocó a rebato con Brahim, Joselu y Fran García. Jugadores más eléctricos y menos titulares para desatar el encuentro. Y lo consiguió, con la complicidad del colegiado que fue más tiempo al VAR que al campo y en el que si se jugaron diez minutos fueron muchos. El cabreo del Almería comenzó con un penalti inverosímil que Bellingham convirtió en el 1-2 por una mano complicada de ver obviando de paso una falta clamorosa de Rudiger, cuanto menos. Un penalti que Garitano no dejó de protestar en todo el partido. 

El VAR, al rescate del Madrid

Después el VAR anuló un gol a Arribas, que habría sido el 1-3, por una falta en el inicio de la jugada a Bellingham que fue claro y que el árbitro no señaló para complicarse la vida luego acudiendo al videoarbitraje para anularlo. Y siguió el teatrillo, el empate a dos de Vinicius se llenó de suspense por una posible mano del brtasileño en la jugada. El banquillo del Almería estaba al borde de un ataque de nervios por la bochornosa dirección del partido por parte de Hernández Maeso. 

El partido sin cabeza y a tirones por los parones se convirtió en un asedio de los blancos ante un Almería tan enfadado como contrariado al ver cómo había perdido la ventaja del primer tiempo. Joselu le limpiaba los centrales a Bellingham, que llega y llegaba sin puntería. Confirmando que el inglés en los últimos partidos está fuera de sí, emulando a Vinicius lo discute todo y se mete en guerras que no son la suya. Y eso termina por distraerle del juego, algo que Ancelotti le reprochaba desde la banda una y otra vez. Se ha convertido el Madrid en un equipo perezoso ante rivales menores en los que tiene que elevar el compromiso y la actitud, así lo demuestran las victorias por la mínima ante el Alavés y el Mallorca y ahora Almería.

Los once minutos de descuento prolongaron la agonía del Almería para concluir con un gol postrero de Carvajal que le daba el triunfo al Real Madrid que había sido rescatado por el VAR ante un digno Almería que mereció más y se marchó muy enfadado del Santiago Bernabéu por la actuación de Hernández Maeso, que convirtió al videoarbitraje en el mejor cómplice de los blancos. Cuando el colegiado pitó el final, era complicado saber quién estaba más enfadado, si Ancelotti con su equipo o Garitano, que terminó expulsado, con el árbitro.