Fútbol

El Getafe desquicia al Girona, que encadena su cuarta derrota fuera de Montilivi

Los catalanes siguen ahí arriba, pero no encuentran el hilo del gol encadenando derrota tras derrota lejos de su casa

La pizarra de Bordalás acaba con el Girona

La pizarra de Bordalás acaba con el Girona

Marcos López

El Girona se ha encallado lejos de Montilivi. Ha perdido esa eficacia con la que se paseó en la primera vuelta, que le llevó hasta la cima de la Liga. Sigue ahí arriba, pero no encuentra el hilo del gol encadenando derrota tras derrota lejos de su casa. En Getafe sumó su cuarta consecutiva porque no halló la fórmula de desactivar a un rival que tenía el partido más que preparado para llevarle a su terreno. Y ahí es el mejor porque domina el tiempo hasta ralentizarlo desquiciando a un Girona que perdió la contundencia ofensiva. Se despistó en el gol de Yellu y no tuvo después respuestas a un partido en el que se sintió extraño.

Extraño anda el equipo de Míchel cada vez que abandona su hogar. Perdió con el Madrid (4-0), caía luego en el nuevo San Mamés con el Athletic (3-2), se derrumbaba en Mallorca (1-0), idéntico resultado que delata que el problema se encuentra cuando sale de su casa. "No tengo palabras para describir esta derrota", decía un desconsolado Savinho, a quien no le servía de nada ser elegido como el mejor del partido.

"No tengo palabras para describir esta derrota", Savinho, jugador del Girona

El encuentro arrancó antes de las 18.30, hora fijada para su inicio. Empezó en la pizarra de Bordalás, que modificó toda la estructura de su Getafe para salir con un once repleto de centrocampistas sin un solo delantero puro. Quedó Óscar como el jugador más avanzado.

Lesión de Miguel

Sorprendió a Míchel, quien rápidamente consultó con su analista la réplica táctica que debía ofrecer el Girona. Y todo complicado, además, porque en el calentamiento previo al inicio del choque unas molestias musculares de Miguel, que condicionaron ya todo de salida. "Ha sido una derrota dura. Es un equipo que no te deja continuidad en el juego. Tuvimos ocasiones para poder haber empatado e incluso haber ganado. Ellos tuvieron la de Moriba y Mata", ha explicado Míchel, indicando que el encuentro "fue muy igualado".

Con ese inesperado paisaje se puso el balón en marcha. No estaba cómodo el conjunto de Míchel, enredado en un partido que ya vio tres amarillas (Savinho, Aleix García, Alderete, aunque se llegó a revisar en el VAR si era roja) cuando no se había llegado ni al primer cuarto de hora. Esa incomodidad era latente en el Girona porque se jugaba el encuentro que había diseñado Bordalás en la pizarra, simbolizado en el asedio que sentía Portu cada vez que tenía el balón cerca de sus botas.

Dovbyk no acierta

Transcurrían los minutos y el Getafe, obviamente, se iba sintiendo feliz porque había desactivado a su rival, al que dejó sin chutar a puerta en la primera mitad. Si acaso, esa acción a balón parado descolgada por Blind para un disparo que topó con un ejército de piernas azules, frustrando que cruzara la línea de gol. Y, al mismo tiempo, Dovbyk ha perdido su ángel. Portu lo dejó solo ante David Soria y su tiro se marchó fuera.

Despertó el Girona, todo hay que decirlo, después de que Luis Milla iniciara una jugada de ataque con placidez para instalarse en la frontal del área de Gazzaniga. Desde ahí, y con toda la calma del mundo, sin oposición alguna, trazaron pases hasta detectar a Yellu, quien aprovechó el despiste defensivo de Aleix García.

Ese 1-0 estimuló, ahora sí, al Girona, que elevó su nivel de juego. No era difícil. Mejoró, pero empeoró su puntería. Dovbyk no es Dobvyk. Y tanto el ucraniano como Portu (dos disparos, dos fuera), como Aleix García (uno, uno fuera) y Pablo Torre (uno, uno fuera) retrataban esa ineficacia. Ese caudal ofensivo llegó, todo hay que decirlo, después del gol de Yellu, momento en que se visualizó el enfado de Míchel, quien ordenó calentar (m. 34) a tres jugadores (Stuani, Valery y Solís), indignado con la desidia de su equipo.O sea, desde el minuto 37 al 45+3), mucha amenaza, pero ni un rasguño. 

Con menos, el Getafe sí rasgó, y de verdad, al Girona, quien entró en la segunda mitad con más energía. No le quedaba otro remedio. Míchel intervino pronto desde la banda. Sacó a Aleix, que tenía tarjeta amarilla y no andaba nada fino, para colocar a Solís en el eje del juego de su equipo, mientras el ataque se desplazaba hacia la banda derecha hipnotizado por la velocidad y potencia de Yan Couto, quien quebró hasta los músculos de un fatigado Gastón Álvarez, que se vio obligado a pedir el cambio.

Con el regate de Savinho no alcanzó

Y hasta Savinho se animó en el otro costado, mientras el partido se ensuciaba en pérdidas de tiempo e interrupciones constantes, todo muy ‘bordalasiano’. Aún así, Dobvyk empezó a despertar (dos disparos en un minuto, ambos atrapados por David Soria) porque Míchel había hecho girar el partido. La pizarra era suya. Y el partido, también. ¿El resultado? No, aún no.

GETAFE VS GIRONA

GETAFE VS GIRONA / JUANJO MARTIN

Tenía el control, dominaba la escena, pero el Getafe continuaba jugando, por mucho que se sintiera encerrado en su área durante muchos momentos de la segunda mitad. Pero un cabezazo de Ilaix Moriba, que rozó el poste derecho, y un disparo de Òscar, repelido de forma salvadora por Eric García, frustraron un 2-0 que habría sido definitivo.

Se iba agotando la noche en el sur de Madrid cuando Míchel sacó a Stuani para reunirlo junto a Dovbyk, enviando a Savinho a la banda derecha para hacerle hueco al habilidoso Jastin en la izquierda. Pero un error de Solís permitió a Mata quedarse solo con tiempo más que suficiente para soltar un derechazo repelido felinamente por Gazzaniga. Ese era el retrato del partido.