84-51 | El Leyma vuela en el derbi

El Leyma purgó sus pecados de la semana previa para llevarse con claridad el derbi gallego ante el COB Ourense (84-51) gracias a un buen trabajo defensivo y a un ataque equilibrado, pero también a su mayor consistencia en los cuarenta minutos de juego. Los naranjas firman su segunda victoria del curso para igualar la balanza con las derrotas (otras dos) para intentar acercarse ya a los puestos de play off a los que aspira, con vistas ya al duelo de la semana que viene contra el Melilla que será el domingo que viene también en el Palacio de los Deportes de Riazor.

El encuentro deja más lecturas. La primera es que a veces aunque sean dolorosas hay decisiones necesarias. La pareja de bases formada por Goran Filipovic —que con 22 de valoración fue el MVP del partido y se retiró lesionado— e Ingus Jakovics es un soplo de aire fresco para el equipo y una subida de nivel en la dirección. La segunda es que los pívots, que habían sido los más señalados de los partidos previos, dieron un paso adelante. Se reivindicaron, muy activo Lottana Nwogbo en la pintura rival (15 puntos), sin huir del cuerpo a cuerpo con Seydou Aboubacar, al que además Atoumane Diagne terminó por desquiciar con su defensa (las estadísticas reflejan cero tapones en su casillero, pero dio un recital). Un derbi de confirmación y de redención.

Y un derbi que pasó de la emoción del himno gallego al tostón del primer cuarto. El inicio del partido fue un compendio de fallos, pérdidas y errores en el tiro. El Leyma, de hecho, intentó hasta diez veces anotar desde la línea de 6,75 metros sin acierto en ninguna de ellas. 0 de 10 en triples —con hasta tres lanzamientos de Javi Vega y Yunio Barrueta—. Pese a ello, se fue con una ligera ventaja porque tampoco estaban finos los visitantes: 13-12.

Si las canastas de tres se habían negado a entrar en los diez primeros minutos, Jakovics se encargó de cambiar ese destino y también el del partido. El base letón anotó dos seguidos en las dos primeras acciones del segundo cuarto, después recibió una falta de tres tiros libres —aunque solo anotó dos— y Font puso la puntilla con otro triple. En un abrir y cerrar los ojos el Leyma dominaba por 25-14. Un primer tirón que fue la base de los siguientes.

El segundo llegó después de un tiempo muerto que pidió Diego Epifanio con 31-25. El Ourense se había acercado con peligrosidad y no quería conceder ni un ápice. A la vuelta a cancha, triple de Barrueta, que por fin acertaba después de un sinfín de intentos —terminó con 4 de 12— y que puso la primera piedra a un parcial de 15-4 hasta el descanso, con los naranjas bajo la batuta de un excelso Goran Filipovic, que puso la puntilla con una asistencia de canasta a canasta para que Lottana Nwogbo anotase sobre la bocina el 46-29.

Los únicos problemas locales eran las faltas. Olle Lundqvist hizo la tercera nada más empezar el tercer cuarto, pero ya en ese momento no había demasiada necesidad del sueco porque Aleix Font empezaba a calentar su muñeca. Los visitantes vivían sobre todo de las individualidades de dos de sus hombres más destacados, Chaz Williams y Shuan Wiillet, insuficiente para ponerle freno a una brecha que, en el tercer tirón, coronado por los triples de Barrueta y Font, se fue por encima de los veinte puntos (63-37). Con un carrusel de tiros libres, Ourense maquilló antes del inicio de último parcial (63-42).

No bajó la intensidad el Leyma pese a la ventaja. El Ourense se puso en zona intentando taponar la herida. Javi Vega (0 de 10 en triples) se estrellaba contra el aro desde el perímetro pero Epi le decía en el tiempo muerto que no se cortara y el público coreaba su nombre en la rada. La victoria era clara y salieron Pau Isern y Santi Martínez mientras Atoumane Diagne se convertía en el rey de la pintura. Lundqvist, con su clase, le puso el broche al encuentro con un triple.