Un alivio entre tanto castigo

Las lesiones han castigado especialmente este curso al Deportivo, ya de por sí un equipo acostumbrado a convivir regularmente con las ausencias de sus jugadores por problemas físicos. Esta semana, sin embargo, el técnico deportivista, Domingos Paciência, ha vislumbrado la posibilidad real de tener que improvisar una alineación de circunstancias a pesar de dirigir una plantilla superpoblada, pero con un exceso de efectivos en algunas posiciones.

Las bajas en defensa después de que a Ayhtami se le diagnosticase el lunes una dolencia en la cadera dejaron a Domingos con tan solo un central disponible en la primera plantilla. Marchena se encontraba por entonces también lesionado y el único recurso disponible era el canterano Insua. La recuperación del andaluz, sobre el que todavía se mantienen ciertas cautelas a pesar de que ayer se entrenó por primera vez junto al resto de sus compañeros desde la semana pasada, ha aliviado una situación problemática para el futuro inmediato de los deportivistas.

La recuperación de Evaldo ha colaborado también a paliar un momento comprometido dada la ausencia de Sílvio, en su caso por la doble tarjeta amarilla que vio en el último encuentro de Liga ante el Valencia.

Entre ambos han sacado de un aprieto a Domingos, que se ha encontrado con toda la crudeza con una realidad que ya sufrió su antecesor en el cargo, José Luis Oltra. Durante su etapa en el banquillo deportivista, el valenciano ya se vio obligado a alinear al canterano Insua debido a las lesiones que acumuló en defensa. Las circunstancias, principalmente las lesiones, obligaron en más de una ocasión a Oltra a modificar su once inicial para los compromisos del equipo. Ahora es el técnico portugués el que debe adaptarse a las dificultades que se le presentan en forma de problemas físicos.

Ya desde el inicio de la temporada del regreso a Primera División, el Deportivo ha visto cómo las lesiones le castigaban. Los blanquiazules comenzaron el curso con Aythami en el centro de la defensa debido la baja de Zé Castro, teórico titular en el eje de la zaga como acompañante de Carlos Marchena. El central portugués se resintió durante la pretemporada de la dolencia que arrastraba desde el año pasado.

Por un tiempo, sin embargo, las lesiones respetaron al conjunto deportivista, que no obstante ha visto cómo en un momento o en otro nombres importantes en la alineación iban cayendo víctimas de los problemas físicos. Marchena, Abel Aguilar, Riki -aunque no se ha perdido ni un solo encuentro- y el propio Zé Castro en otras ocasiones se cayeron del once por lesiones la mayoría de las veces relacionadas con percances de carácter muscular.

Los problemas se han cebado especialmente con la defensa, hasta el punto de que nadie de la zaga se ha librado de pasar un tiempo en la enfermería. Ni tan siquiera el efímero Roderick, de regreso en el Benfica tras su discreta cesión en el Deportivo, se libró de experimentar las dolencias musculares que han impedido a Marchena, Zé Castro, Aythami, Ayoze, Laure, Manuel Pablo y Evaldo disputar más partidos con el equipo o gozar de mayor continuidad esta temporada.