Entrevista | Millene Cabral | Jugadora del Dépor Abanca

Millene: “Las delanteras vivimos del gol, pero no me obsesiono, he madurado”

La brasileña ha encontrado en A Coruña “la estabilidad que buscaba” en el fútbol

Millene Cabral, jugadora del Deportivo

Millene Cabral, jugadora del Deportivo / Carlos Pardellas / Carlos Pardellas

Xane Silveira

Xane Silveira

Nació en Brasil; pasó por Estados Unidos y Japón antes de llegar al fútbol español; marcó goles en Gijón y en Vallecas y, por fin, ese viaje encontró una parada. Para Millene Cabral (1997, Porto Alegre) el fútbol es toda su vida y el Deportivo una segunda casa en la que ha crecido y madurado hasta convertirse en una de las referencias de la grada. Delantera, su pasado en el fútbol sala le delata en sus primeros contactos y es la cara de la felicidad en un equipo que suma ya cuatro victorias de cuatro posibles.

Es su segunda temporada en el Dépor, ¿Cómo se encuentra?

Adaptada ya. Es la primera vez que renuevo con un equipo, entonces noto bastante la diferencia. Volver a la misma ciudad, ya conocer bastante… a ver, que todavía me queda por aprender mucho de A Coruña, pero estoy muy feliz. Yo vengo de cambiar cada año. Mentalmente es la estabilidad que buscaba.

¿Qué cambia esa estabilidad?

A nivel mental estoy bastante más tranquila. Ya conoces a la gente, lo que es el club, ya sabes qué esperar y creo que el año pasado tuvimos una buena temporada también. Es venir con la energía renovada y ya saber qué tienes que hacer. La mentalidad ya sabes cuál es y todo lo que tienes que hacer para seguir mejorando y creciendo. Yo me siento muy cómoda, al conocer a las compañeras y el staff me siento muy cómoda.

Esta temporada, con mayor o menor drama, pero han arrancado con cuatro victorias.

Estamos bastante contentas, esos partidos fueron sufridos. Pienso que el equipo está compitiendo muchísimo, a un nivel fuerte. Hemos crecido bastante en gestionar esos momentos del partido, apretar hasta el final. Contra el Europa metimos muy al final. Eso nos define bastante, ya el año pasado lo hacía, pero este con más fuerza. Cuatro de cuatro es empezar la temporada muy bien.

Ahora llega el Espanyol, con diez puntos, ¿es un día para reivindicarse?

Es un partido muy bonito. A nosotras nos hace mucha ilusión. Al final es un rival que está ahí, que está sorprendiendo bastante comparado con la temporada pasada. Va a ser un partido muy bonito, es un campo en el que está guay jugar. El equipo está preparado para ganar. Eso es lo más bonito, sentir que puedes ir y hacerlo, que va a ser un partido muy parejo.

La liga se ha vuelto muy pareja, usted, desde que llega al Sporting, ha vivido ese cambio. ¿Motiva más?

El nivel es brutal. Me gusta muchísimo porque cada partido en la liga es un mundo. No puedes ir confiada porque sea un recién ascendido. Son equipos muy buenos y eso es lo más bonito de la liga. Ese cambio ha sido importante y creo que necesario. Si compites para ir a primera división ese nivel ya tienes que tenerlo. La liga está guapísima, me hace muchísima ilusión. Poder competir y estar en el Dépor, que es un equipo en el que tienes el sueño real de ascender, es lo mejor.

Y usted es competitiva...

Muchísimo (se ríe).

Juega de delantera, de referencia. Su fútbol pide tocar el balón, pero el juego de posición que practican demanda, a veces, otras cosas. ¿Cómo convive con ello?

Al final hay que adaptarse. A veces es moverse y crear el espacio para otra compañera. A mí me gusta tocar el balón y participar, pero lo llevo creo que bastante mejor ahora. Me costaba más antes. He estado mejorando y lo sigo haciendo. Creo que he crecido bastante. Yo soy la delantera, tengo que adaptarme a lo que hace la mediapunta o mis compañeras para luego saber qué voy a hacer yo. Ese rol me costaba bastante, me frustraba, pero hay que buscar los momentos del partido en los que pueda bajar y tocar balón y otros en los que toca otras cosas.

Como delantera, ¿cómo es su relación con el gol? ¿Se obsesiona?

Yo pienso que las delanteras vivimos del gol, no te voy a mentir y decir que no me importa, porque sí. Yo cómo vivo un gol es la mejor sensación. Pero aquí en el Dépor he aprendido a cuidar los detalles. El gol al final llega. Hay otras cosas que vienen antes. Una delantera tiene que meterlas, pero tiene que hacer otras cosas para ayudar al equipo. Creo que no estoy obsesionada, voy madurando un poco. Pero lo peor para la delantera es obsesionarse. Ahí es cuando no metes. Lo voy entendiendo ahora mejor, y sobre todo gestionándolo mejor. Yo sé que hay partidos que no es el día de marcar, es el día del pase, y eso es más importante. Tener la mentalidad que el equipo es lo primero.

Su carrera le ha llevado por todo el mundo (Brasil, USA, Japón, España...), ¿cómo la define?

Ha sido un poco loco la verdad. Me fui a los 17 años a Estados Unidos sin hablar inglés, hice allí la carrera y de ahí jugué en la liga de verano. Después me fui a Japón. Yo dije: esta es mi oportunidad. Es la opción o me voy a casa. Yo quería arriesgar, siempre lo he hecho. Arriesgar siempre ha sido la clave, salir de mi zona de confort, que es lo que siempre he buscado. Fue la oportunidad que tuve de seguir con el fútbol. No tenía representante. Para mí fue otra locura. Pero llega un momento que necesitas una estabilidad. Cambiar y ser siempre la nueva es duro. A nivel futbolístico necesitaba un sitio donde estar bien.

¿Mentalmente cómo fue? Se vio obligada a madurar muy rápido. 

Fueron procesos de un antes y un después. De estar con mi fami lia a tener que luchar por seguir ahí. Yo en Estados Unidos estuve dos años sin ir a casa. Trabajé [además de estudiar y jugar] para pagar la universidad. Eso me hizo crecer un montón. De estar con tu familia, que te lo dan todo, a vivir por tu cuenta… fue un cambio grande. A nivel mental me hizo madurar muchísimo, tenía 17 años, pero si no hubiera pasado por eso, hoy no estaría aquí. Lo haría otra vez sin pensarlo. En Japón fue un poco diferente. Fue más frustrante, tuve que vivir otras perspectivas. En Estados Unidos jugaba y me iba bien, pero en Japón viví el banquillo, el no jugar. Eso me hizo crecer muchísimo. A nivel de vestuario y persona aprendí muchísimo. 

Pero era fútbol o fútbol...

Futbolista y futbolista. Y a por todas. Mi familia me apoyó siempre, que fue muy importante. Es mi sueño, el fútbol es una locura, pero es una locura buen