Entrevista |

Borja Valle: "Un día le dije a Salva Sevilla en un córner: 'Te tengo mucho rencor"

“El día de Mallorca algo se rompió dentro de todos”

“Seedorf me hizo mejor”, recuerda con cariño

Borja Valle

Borja Valle / SD Ponferradina

Xane Silveira

Xane Silveira

Trece años después, Borja Valle (Ponferrada, 1992) vuelve a vestirse la camiseta de la Ponferradina y a celebrar goles en El Toralín, su casa. Su carrera ha variado desde los Emiratos Árabes hasta Bucarest, de donde regresó este invierno tras ser padre. Sin apenas tiempo para presentarse, ya ha marcado y asistido, y el domingo volverá a su otro hogar, pero como rival. Un partido en Riazor que le toca de lleno en el corazón y, también, en su memoria. Pasó cuatro largos años en el Dépor, donde tocó el cielo de Primera y también el infierno de Mallorca y el descenso a Segunda B.

Ha vuelto a la Ponferradina, ¿Por qué ahora?

El motivo es personal. No tiene nada que ver con algo deportivo en Rapid porque todo lo que estábamos viviendo a nivel fútbol allí era de diez. Es un club súper importante, estaba jugando todo. Pero a nivel personal sentía que era le momento de volver a casa. Aun habiendo opciones de mejor categoría y lo que conlleva eso, yo solo quería volver a casa. Mi mujer y yo sentíamos que era el momento, hemos sido padres hace poco y queríamos vivir esta etapa con el pequeño aquí. Tenía la ilusión de volver a vestir esta camiseta 13 años después. Es mi casa, el club en el que me crié.

El equipo con el que más partidos ha disputado continúa siendo el Dépor. ¿Qué significa para usted?

Yo creo que fue la etapa más bonita de mi carrera. Me dieron la oportunidad de jugar en Primera, estuve en los mejores estadios de España y maduré un montón. Primero viví las cosas más bonitas y luego también las caras más duras del fútbol. Descensos, momentos muy complicados, y en un club como el Dépor todavía duele más. A nivel personal no cambiaría nada porque fue un máster para madurar. Aprendes a valorar lo que significa el fútbol y lo que conlleva jugar en un club como el Deportivo. Por eso le tengo un sentimiento muy grande al club y por eso me he desplazado como un aficionado más y he vivido el club desde dentro y desde fuera. Fue una etapa única y maravillosa.

¿Aficionado en Riazor? ¿O se ha colado en alguna grada?

En Riazor y también me he colado, sí (se ríe). En A Coruña muchísimas veces. Recuerdo que también he ido por ejemplo a Zamora, que se ganó en el ultimo minuto, allí con varios aficionados del Deportivo que somos amigos.

¿Cree que le faltaron oportunidades en los primeros años?

Claro que lo piensas a nivel egoísta. Si hacia mí se me tiene un cariño por parte de la afición es porque, pese a no haber contado al principio, yo jamás bajé los brazos y me dejé siempre la vida en ese estadio y por ese club. Con los años te das cuenta de dónde has estado. Era suplente en muchos partidos, pero era suplente en el Deportivo de la Coruña y en Primera División. Ahora lo veo desde otra perspectiva… me han entrenado Garitano, Pepe Mel, Clarence Seedorf…

¿Guarda buen recuerdo de Seedorf?

Sí, al principio sientes esa admiración. Fíjate lo que significa tenerlo delante y que te dé las charlas en térmica. Impone un poco. Luego te das cuenta que es como tú y como yo. A mí Seedorf me dio la vida, fue justo y honesto con el trabajo. Me dejó mostrar mi valía en Primera División. Me hizo mejor. En sus meses creo que sacó de mí el mejor rendimiento futbolístico. Tengo muy buena relación con él, hablamos bastante y yo le deseo lo mejor.

La temporada siguiente acabó en Mallorca. Todavía hay trauma con aquello.

Si tú tienes trauma yo creo que tengo más (se ríe). Para mí ha sido un punto de inflexión en mi carrera a nivel personal y profesional. El dolor que yo he podido sentir ese día… mira que he vivido descensos y momentos duros, pero nada se me acerca a aquel día. Tengo un trauma con el Mallorca, con ese club y esa noche. Nadie estaba preparado para vivir lo que vivimos. Lo guardo con muchísima tristeza y mucha rabia, incluso rencor, hacia todo lo que significa aquella noche. Pero es fútbol, por eso nos gusta, nunca sabes lo que vas a pasar.

"En un córner, nos saludamos, nos dimos la mano y le dije algo parecido a 'te tengo mucho rencor”

Borja Valle sobre Salva Sevilla

¿Cómo fue aquel postpartido?

No hubo una persona en el staff ni en la plantilla que fuese consciente de lo que había pasado. Ha sido el viaje más triste de mi carrera. Recuerdo acabar el partido y no escuchar a absolutamente nadie. Yo tampoco podía hablar. Recuerdo todo: el avión, el aeropuerto, todo con mucha nitidez. Nadie hablaba, y eso ya dice mucho, pero no fuimos conscientes del dolor interno y de qué sucedió hasta días después. Lo guardo con tristeza y rabia. Es el mayor dolor de todo lo que he sentido en mi carrera deportiva.

Irónicamente, su camino se cruza con el de Salva Sevilla.

Ya… él lo sabe. Hablé con él en Cartagena cuando nos enfrentamos. En un córner, nos saludamos, nos dimos la mano y le dije algo parecido a “te tengo mucho rencor” (se ríe). Él sabía de lo que iba. Es un tío muy íntegro. Pero obviamente siento eso. Siento eso hacia todo lo que significa la palabra Mallorca. Los jugadores que estaban allí, el staff que estaba allí, todo lo que significa Mallorca. Emocionalmente siento rabia.

Los aficionados lo viven, pero el protagonista, que es el jugador, ¿Lo lleva dentro?

Muchas veces se obvia, y da la sensación de que no sentimos dolor, pero es muy fuerte. Nuestras vidas dependen de lo que hagamos en el campo. No hay ni un jugador de aquella plantilla que no sienta rabia y dolor. Mi gol anulado, el penalti que no pitan, el VAR que no existía…

¿Cree que aquello marcó el año siguiente en el club?

Sin ninguna duda. Para mí eso significa un antes y un después en la historia del Deportivo. Estoy seguro de que tiene relación directa con la situación actual. Ese día algo se rompió dentro de todos. Tanto dolor acarrea unas consecuencias.

"Yo sigo sin entenderlo. Pasarán los años y no me convencerá nadie. Para mí no se hicieron bien las cosas"

Borja Valle sobre el 'caso Fuenlabrada'

La siguiente temporada acaba con el episodio de Fuenlabrada. ¿cómo se vivió dentro del vestuario?

Estábamos en el césped. Yo sigo sin entenderlo. Pasarán los años y no me convencerá nadie. Para mí no se hicieron bien las cosas. La gente que tomó las decisiones no estaba preparada para vivir una situación así. Comprendo y entiendo que era algo muy excepcional, pero no me pareció justo. Cuando te juegas tanto, cuando te juegas vidas laborales, emociones… todo finalizaba en un partido. Deberíamos haber jugado con las mismas condiciones. Sigo viéndolo con mucha rabia porque se fue muy injusto.

¿Cómo fue volver a casa aquel día?

Creo que fue más incredulidad que impotencia. No entendíamos qué sucedía. Veías que los demás jugaban y nosotros no sin hacer absolutamente nada malo. No sentí frustración por desconocimiento, era como un poco flipar porque los demás competían y nosotros, cuando luchásemos, no íbamos a tener la opción de hacer nada. Estaba en casa sin entender nada y sin que me valiesen los porqués.

Ha vivido una carrera marcada por lo bueno, lo muy bueno y lo muy malo, ¿sigue siendo el mismo Borja Valle?

No ha cambiado mucho. He aprendido. Me he caído y me he levantado siempre. A mí me han engañado y también me han querido mucho. He vivido todo desde que me fui del Deportivo. Tengo la misma forma de ser, muy normal. He vivido todo. Una montaña rusa de emociones, pero soy un afortunado, porque el fútbol me ha permitido vivir en muchos lugares maravillosos. Eso es lo que me llevo.