Riazor mide la candidatura del Dépor
Los blanquiazules arrancan en casa un mes ante equipos de la zona baja, los que más le han costado
El Deportivo quiere subirse a la ola de la euforia que ha calado con rapidez en el corazón del deportivismo. La afición se abraza al efecto contagio que ha supuesto la victoria en Vigo, recortar cinco puntos en dos jornadas con el liderato y reengancharse a una carrera que hace un mes parecía perdida. Pero ahora será Riazor quien mida la realidad actual del club, acostumbrado este curso a competir mejor ante los rivales de la zona alta que ante los de la parte baja. El Fuenlabrada, que no gana desde el mes de noviembre, quiere ser el antídoto.
El regreso al fútbol profesional es un viaje lleno de curvas que debe tener en Riazor su estación de reposo. Su lugar de calma en el que tener la certeza de que todo irá bien. Las victorias ante Real Sociedad B y Ponferradina, en especial esta última por el dominio sobre el líder, han cambiado la sensación de una campaña que parecía abocada al desastre. Y la grada, que se impulsa con el menor de los estímulos, vive ahora un pequeño frenetismo que no debe, eso sí, servir de distracción a la plantilla. La lección tiene que estar aprendida después de derrochar puntos ante aquellos equipos que forman la parte baja. Esos duelos, como Rayo, Cornellà o Teruel, que terminaron por ser una mochila con la que hacer el camino de forma irregular.
Para el encuentro, Imanol Idiakez no podrá contar con su jugador más indiscutible. Pablo Vázquez había participado en todos los minutos posibles de liga, pero es baja tras ver la quinta amarilla en Vigo. En su lugar presumiblemente entrará Jaime Sánchez, por perfil y porque tanto de mediocentro como de lateral se ha ganado la oportunidad. No se esperan más cambios en un once en el que Yeremay y David Mella volverán a ser los activos principales en el ataque coruñés. Ahora también con recambios en el banquillo. Luis Quintero y Raúl Alcaina, recién llegados, aguardan su debut, así como el promocionado Iano Simao, que lucirá el dorsal dos.
En frente, un Fuenlabrada que suma ocho partidos consecutivos sin ganar. No suma de tres desde la jornada 13. Pero, eso sí, por el camino solo cedió tres derrotas, lo que demuestra la rocosidad del equipo que dirige Carlos Martínez. De hecho, ha encajado 18 goles en liga, solo uno menos que el Dépor.
El partido de ida también debe servir de aprendizaje para un Deportivo que perdió en el Fernando Torres tres puntos que parecían fijos. Si los de Idiakez quieren asaltar el liderato, pasa por mantener la contundencia en las áreas de las últimas semanas y reforzar una portería de Germán Parreño que todavía se tambalea en ocasiones. Aunque el cancerbero ha mejorado su nivel solo ha dejado una vez (ante la Ponferradina) la su valla a cero desde que lo hizo por última vez en la jornada 12 ante la SD Logroñés. Por el camino, la zaga blanquiazul encajó en siete partidos diferentes. Es otro de los retos de Idiakez para consolidar al quinto equipo menos goleado del grupo como candidato real al ascenso directo.
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