Los accionistas de Ono deberán aportar 200 millones de euros para despejar las incertidumbres económicas que persiguen la compañía de telecomunicaciones, que preside el coruñés José María Castellano, vicepresidente de La Voz de Galicia. Esta contribución es una de las exigencias que ha puesto el conjunto de la banca acreedora para reestructurar la deuda de la operadora que supera los 4.000 millones.

De esta cifra, 3.600 forman parte del préstamo que solicitó a una treintena de bancos para comprar Auna, su gran rival, en noviembre de 2005. El préstamo se ha convertido en el principal punto débil de la compañía. El consejo de administración está en negociaciones desde hace varios meses con las entidades financieras para retrasar el pago de la deuda. El calendario estipula que en 2010 vencen 414 millones; en 2011, 590; en 2012, 960 y en 2013, 1.500.

La firma de telecomunicaciones es consciente de que va a ser incapaz de cumplir estos plazos por lo que la propuesta de la compañía que preside Castellano es retrasar los pagos de los tres primeros años hasta 2013.

El mecanismo de aportación de los 200 millones aún no ha sido decidido y podría ser una ampliación de capital o un préstamo participativo.

Los principales accionistas de ONO son CCMP Capital Advisors (14,8%); Providence Equity (14,8%); Thomas H. Lee Company (14,8%); Quadrangle Group (8,8%); GE Structure Finance (8,7%); Multitel (7,1%); Caisse de Depot et Placement du Quebec (6,5%); Grupo Santander (4,4%) y Sodinteleco (4,2%).

La compañía, el grupo de cable más grande de España, ha visto como la crisis económica y la reducción de consumo de sus clientes ha recortado sus ingresos en los nueve primeros meses del presente año en un 5%, hasta llegar a los 1.140 millones.

Reducción de plantilla

Sin embargo, el esfuerzo realizado en el control de los costes, la reducción de plantilla y el recorte de las inversiones han permitido que aumentasen los beneficios un 3,5%. Unas semanas antes de que José María Castellano desembarcase en la presidencia de la compañía (noviembre de 2008) -hasta ese momento ocupaba el cargo de consejero independiente- la empresa anunció un Expediente de Regulación de Empleo que afectaría a 1.300 empleados.

Tras las negociaciones con los sindicatos, la plantilla de Ono se redujo a principios del presente año, ya con José María Castellano como presidente de la compañía, en 988 trabajadores, lo que supone un 30% del total.