–¿Qué conclusiones ha sacado de esta primera jornada del salón? ¿Hacia dónde debe caminar el sector financiero?

–Las administraciones deben caminar hacia la interoperabilidad y la banca debe buscar ser cada vez más eficientes, sobre todo a través de plataformas de movilidad; del móvil. Como dijo Pedro Pérez, de Accenture, hay casi más móviles que habitantes en el mundo, que es algo impresionante porque jamás había pasado en la historia del ser humano. Hay más que zapatos.

–¿Y cuáles son los retos para el sector financiero?

– Las entidades financieras tenemos que fusionarnos rápido, tenemos que seguir manteniendo el nivel de servicio y bajar los costes. Sigue siendo un sector muy sólido y así se ha demostrado en los tests de estrés y lo que tenemos que hacer es trabajar. Seguir atendiendo a los clientes, mantener una cuenta de resultados y seguir para delante.

–Le dijo a Chris Skinner [ver página 42] que no estaba muy de acuerdo con su exposición ¿a qué se refería?

–Es por la privacidad. Hay un debate muy fuerte sobre esta cuestión. Es cierto lo que dijo Pedro Pérez, de Accenture, que las nuevas generaciones tienen menos gusto por la privacidad, pero eso ocurre hasta que les pasa algo. Si te interfieren la cuenta y te roban el dinero, te empieza a preocupar la privacidad. Yo creo que tiene que haber un proceso de racionalización de estas cuestiones. Es como la reputación en la red. Te pueden machacar completamente la reputación. Este tema es peligrosísimo y creo que la privacidad la estamos obviando. Los millenials (los nacidos en la era digital) le dan menos importancia a estas cosas, hasta que les afecte.

–¿Se va a lanzar la nueva caja a las redes sociales?

–Ya hemos hecho algunos pinitos en eso. En Caixa Galicia lo empezamos a estudiar en 2007. Lo lleva el departamento de Marketing y hay una especie de responsables de reputación en las redes sociales, pero tenemos que trabajar más en esas cuestiones porque es una de nuestras asignaturas pendientes. Dentro del mecanismo de coordinación del sector del ahorro, la COAS, hay proyectos de cooperación de las redes sociales y tenemos unos sistemas para medir la reputación en la Red.

–¿Y cómo se articula ese salto a las redes sociales?

–Tenemos que definirlo. Hay que tener cuidado por lo que le comentaba antes de la reputación. Es una realidad y hay que gestionarla, pero cómo hacerlo es lo interesante. Julio Yepes (BBVA) ya señalaba que la gran asignatura pendiente de las entidades financieras son las redes sociales. Pero aún no sabemos cómo gestionar eso.

–¿Cómo gestionar lo que la gente pueda escribir?

–Claro. No es fácil. Pasará en la prensa y en los chats, que también hay que controlar los contenidos. Eso es toda una ciencia.

–¿Y qué opina sobre el diagnóstico que ha hecho Skinner sobre la pérdida de confianza en el sector financiero?

–Creo que las cajas no tenemos pérdida de confianza. No tenemos ese modelo de directivo que cobra bonus. Es típico de la banca anglosajona; las cajas seguimos con nuestro modelo social. Es impresionante cómo hemos seguido manteniendo nuestra base de clientes. Yo creo que Skinner exagera y habla mucho de la banca anglosajona y sobre todo de Wall Street.

–La integración tecnológica de Caixa Galicia y Caixanova llevará 18 meses, ¿qué va a suponer?

–Vamos a tener dos cosedes y la gente según su especialización contribuirá allí donde esté. Cualquier banco internacional tiene tecnólogos en por ejemplo India, y aquí no es un problema.

–¿Y el Centro de Proceso de Datos?

–Se mantendrá el más operativo y es el de Pocomaco. Tenemos máquinas duplicadas y los datos están sincronizados y si cae uno, no se pierde ningún dato en ningún momento. Tiene unas ventajas tecnológicas claras. Pero también ahora hay una tendencia del hardware en la nube, eso se irá viendo. Lo importante es que la capacidad de decisión está aquí, en Galicia. Nosotros huimos totalmente del debate A Coruña-Vigo.

–¿Qué piensa sobre quienes dicen que la fusión no ha sido paritaria o que A Coruña pierde?

–Yo creo que sí lo es. Las fusiones igualitarias son duras desde el punto de vista de la gestión, y de hecho el organigrama es un ejemplo, es muy equilibrado. Hay una cierta ineficiencia, como en todos los procesos de fusión igualitaria, pero se compensa.

–¿Cómo?

–Si todos estuviésemos en un único sitio, la coordinación sería mayor, pero no es un problema para ejecutar las cosas y los planes de integración los estamos cumpliendo perfectamente.

–¿Y qué va a pasar el día 1 de diciembre, las cajas empiezan a funcionar como una sola?

–Sí. Desde el punto de vista comercial vamos a ser una única entidad, aunque desde el punto de vista de los sistemas todavía no.

–¿Se refiere a que los clientes de una caja pueden operar en la otra?

–Sí, quienes vayan a una oficina serán atendidos y se podrán ver sus cuentas y operar. Los sistemas no estarán integrados pero los ordenadores estarán conectados desde el 1 de diciembre. No se podrá hacer todo, pero determinadas operaciones sí se harán. Vamos a aplicar la interoperatividad y habrá una serie de funciones que gradualmente se irán pudiendo hacer en una u otra caja hasta que se produzca la integración tecnológica total, que es algo más compleja. La fecha aún no la tenemos, pero el plazo máximo son 18 meses.