Galicia cerró hace unos días la tercera primavera más seca y calurosa de los últimos 50 años y estrena el verano con una ola de calor africano con temperaturas muy altas y la previsión, además, de que toda la temporada sea, en general, bastante pobre en lluvias y generosa en los termómetros. ¿Eso es buen tiempo? Depende para quién y para qué. Buen tiempo para la playa, pero no tan bueno para el objetivo de un consumo energético sostenible. Lo ocurrido en los dos primeros meses de este 2011, cuando todavía la caída en las precipitaciones no se notaba tanto, pone fin al récord en producción eléctrica mediante las conocidas como fuentes limpias que la comunidad batió desde el pasado ejercicio. Agua y viento, hidráulica y eólica, aportaron ya casi un 20% menos que en enero y febrero de 2010, según los balances iniciales del Ministerio de Industria.

Concretamente, la generación en los embalses y presas, la más afectada por el giro de la climatología, se quedó en poco más de 2.370 gigavatios (GWh), frente a los casi 2.900 que se registraron en los dos primeros meses del año pasado. Un 20% menos. La caída en eólica es algo más contenida, alrededor de un 10%, con un total de 1.661,2 GWh. Todo lo contrario que el comportamiento de la solar. El incremento llega al 16%. Anecdótico, en todo caso, porque su peso en el balance energético de Galicia no llega siquiera al 0,1% de toda la demanda de hogares e industria.

El freno de las tecnologías verdes al compás de la meteorología que nos acompaña provoca otro efecto inédito. Un alza, por primera vez en los últimos dos años, de la producción en las centrales de ciclo combinado, para las que la planificación energética reservaba una posición de privilegio que están muy lejos de conseguir, con la correspondiente polémica de las empresas que las construyeron y ahora gestionan.

El gas contribuyó en la producción eléctrica gallega de enero y febrero, según el Ministerio de Industria, con casi 500 GWh, un 6,4% por encima de 2010. El carbón, en cambio, sigue en horas bajas. Sin síntomas de recuperación tras el decreto que prima la quema del combustible autóctono sobre la hulla importada que usan tanto la térmica de Endesa en As Pontes como la de Gas Natural Fenosa en Meirama. La producción de ambas plantas se quedó en los 905 GWh, un 26% menos que un año antes.

De hecho, en estos momentos, la primera de las centrales tiene únicamente operativo uno de los cuatro grupos de los que consta, mientras que Meirama está sin actividad. Poco tiene que ver toda esta situación con la que el sector energético gallego atravesaba en 2010. Un periodo caracterizado por abundantes precipitaciones y temporales que alimentaron los parques eólicos de Galicia. Las renovables, que llegaron a representar el 64% de toda la producción de electricidad anual en la comunidad, unos 29.100 GWh. La hidroeléctrica por sí sola supuso más del 35%, con 10.252 GWh, una cantidad que solo fue superada en Castilla y León, muy rica también en la explotación de los ríos, con 11.700 GWh. En eólica, la autonomía fue el líder absoluto en la generación española, pese a que la potencia instalada es mayor tanto en la comunidad leonesa como en Castilla-La Mancha. La producción de los aerogeneradores alcanzó los 8.416 GWh, prácticamente el 29% del total.

Una y otra tecnología permitieron consolidar a Galicia como la tercera gran productora eléctrica del país, por detrás de Cataluña, muy potente en nuclear; y Andalucía, con gas y numerosos parques eólicos.

El resto del mix de generación en Galicia se lo reparten las tecnologías termoeléctricas, con desplomes en absolutamente todas. Un 21% menos entre las centrales de carbón, que pasaron en 2009 de contribuir con más de la cuarta parte de la producción a un 19,8% durante el pasado ejercicio. En el entorno de los 5.760 GWh. Todavía más elevado fue el descenso en los ciclos combinados. Del 14,3% de la electricidad de hace dos años a solo el 9,8% en 2010, menos de 2.900 GWh.

Y el fuel, un combustible en desuso, con los días contados en la única central que lo emplea en Galicia -la de Gas Natural Fenosa en Sabón-, que apenas alcanzó un 3,5% de la tarta energética, 1.000 GWh.