Los más de 300 acreedores de Barreras tendrán serias dificultades para recuperar los 62 millones que les adeuda la empresa que preside José Francisco González Viñas porque tiene sus arcas totalmente vacías, "no hay un duro", señalan fuentes conocedoras de la situación del primer astillero privado de España que se encuentra inmerso en un proceso concursal. El astillero es incapaz de afrontar la deuda que tiene en estos momentos contraída con las industrias auxiliares, entidades financieras y proveedores. La hoja de ruta que se está elaborando en estos momentos es muy complicada y tiene que salvar de manera inexcusable unos requisitos para que Barreras pueda ver despejado su futuro.

Además de una quita "muy elevada", los propietarios tendrían que acordar una fuerte recapitalización de la sociedad -hasta el momento no hubo ningún acuerdo al respecto-, negociar la venta de los terrenos ociosos del astillero que tienen una superficie superior a los 22.000 metros cuadrados; la contratación en breve plazo de nuevas construcciones y un apoyo inequívoco de la Xunta que se puede articular de diferentes maneras.