El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, termina este martes su mandato en medio de tensiones en los mercados financieros, el temor a que la economía entre de nuevo en recesión por la crisis de endeudamiento de la zona del euro y protestas en la calle.

Pese a que el optimismo regresó esta semana a los mercados después de que los líderes de la Unión Europea (UE) acordaran condonar el 50 % de la deuda a Grecia, ampliar el fondo de rescate y recapitalizar los bancos, algunos expertos son escépticos sobre la efectividad a largo plazo de estas medidas.

Las debilidades estructurales y de crecimiento de los países endeudados permanecen, así como la falta de convergencia económica en la zona del euro. Trichet, de 68 años, ha dicho que le hubiera gustado terminar su mandato en un momento en el que todo hubiera estado más tranquilo.

Sin embargo, la zona del euro atraviesa la peor crisis financiera y económica desde la II Guerra Mundial, ha repetido el banquero francés desde hace tres años y hasta el último momento.

Se suceden las protestas a ambos lados del Atlántico en contra del sistema financiero actual y en muchos países de Europa en contra de los recortes en las prestaciones sociales que han aplicado los gobiernos.

El italiano Mario Draghi, de 63 años, sustituye a Trichet el próximo martes al frente del BCE en un momento de gran incertidumbre.

El economista jefe del BCE, Jürgen Stark, también deja su cargo a finales de diciembre por su oposición al programa de compra de deuda soberana que la entidad introdujo en mayo de 2010 para intervenir en el mercado secundario de deuda y apoyar a Grecia Portugal e Irlanda y que reactivó el pasado agosto para socorrer a Italia y España.

Sin duda, este programa es el que más críticas ha costado a la gestión de la crisis del BCE durante el mandato de Trichet como presidente, junto con la decisión de subir los tipos de interés en julio de 2008, tres meses antes de iniciar la serie de bajadas más agresiva de su historia tras la quiebra de Lehman Brothers, y la de incrementarlos de nuevo otras dos veces este año.

Algunos expertos han considerado que ante la falta de liderazgo político en Europa, en la práctica, el BCE ha sido la única institución capaz de actuar para salvar la integridad de la zona del euro y su divisa.

Draghi ya ha asegurado una continuidad en la política monetaria del BCE bajo su mandato. El próximo presidente del BCE ha dicho en un discurso esta semana que la entidad va a mantener las medidas extraordinarias, como el abastecimiento de liquidez ilimitada y la compra de deuda soberana y de bonos garantizados, el tiempo que sea necesario.