Un 'banco malo' pendiente de Moncloa

Novagalicia banco se ha decidido a seguir la senda de La Caixa, que en su salida a Bolsa, decidió crear un banco malo para agrupar todos sus activos tóxicos, principalmente los inmuebles y créditos vinculados al ladrillo. La Unidad de Gestión de Activos Singulares (UGAS) no es un banco stricto sensu, sino un departamento de la entidad que preside José María Castellano, aunque en realidad contará con su propia estrategia, y sus departamentos de riesgos, recursos humanos, asesoría jurídica y, sobre todo, con una enorme autonomía, bajo el mandato de Francisco Zamorano.

Novagalicia recupera así una vieja idea que los asesores de Novacaixagalicia descartaron tras la fusión, a pesar de que el secretario del consejo de la caja, Gonzalo Ortiz, siempre defendió esta fórmula.

¿Y cuál es la función de ese banco malo? Generar liquidez para el resto de la entidad. La UGAS gestionará los inmuebles que el banco se quedó en pago de hipotecas fallidas, terrenos, créditos en mora o a punto de entrar en ella, las oficinas que el banco cerró y los edificios emblemáticos que pretende vender. A ellos se unirán las participaciones industriales en venta de las que Novagalicia quiere deshacerse. El equipo de Zamorano, que integran 365 personas se especializará en vender y en recuperar capital. El tiempo dirá si Novagalicia toma el ejemplo de otras entidades, que agrupan propiedades y activos en paquetes que venden en bloque a cambio de un porcentaje de su valor que garantiza unos ingresos y, sobre todo, ahorrar las provisiones que el Banco de España obliga a realizar por activos inmobiliarios en el balance.

El banco malo de Novagalicia se une al que también anunció BBVA, a la espera de lo que decida el próximo Gobierno sobre la creación de una entidad de estas características a nivel nacional. Fuentes financieras aseguran que el PP estudia llevar adelante ese proyecto de crear un fondo que se financiaría con una emisión de deuda pública que compraría la banca íntegramente y por el mismo valor de sus inmuebles. Sería lo comido por lo servido, pero la deuda pública, al menos de momento, no es un activo de riesgo, y no exige provisiones. El banco malo actuaría como una lavadora de capital.