El anteproyecto de Ley de Dinamización del Comercio que aprobó el Ejecutivo de Esperanza Aguirre para liberalizar los horarios comerciales ha reabierto el debate en Galicia. Madrid permitirá a los comercios abrir a cualquier hora y todo el año sea cual sea su superficie, así como vender alcohol o tabaco las 24 horas del día. Tanto la Xunta como los comerciantes gallegos rechazan este modelo, pero los sindicatos y el pequeño comercio temen que el Ejecutivo de Núñez Feijóo ceda a las peticiones de las grandes superficies -que sólo abren 8 festivos al año- y amplíe la libertad horaria, que actualmente sólo se aplica a los establecimientos de menos de 150 metros cuadrados. También critican que esta medida "sólo servirá para precarizar los puestos de trabajo y no logrará impulsar la demanda".

El presidente de la Xunta advirtió ayer de que no se puede "copiar y mimetizar" en Galicia este proyecto legislativo. "Su estructura social y comercial es distinta", defendió Feijóo, quien recordó que Madrid es "más grande que toda Galicia junta". El jefe del Ejecutivo argumentó que no se pueden equiparar las estructuras sociales y comerciales de una ciudad que cuenta con 3 millones de habitantes en el núcleo urbano -cinco millones si se considera el cinturón que lo rodea- con la de "una ciudad difusa", como definió a Galicia, con 2,8 millones de habitantes.

El presidente de los comerciantes gallegos, José María Seijas, también aseguró que Galicia no adoptará la iniciativa madrileña, y recordó que el presidente y el conselleiro de Industria sostienen que aquí hay una ley recién aprobada, consensuada con comerciantes y consumidores, "que no se va a cambiar, a no ser que se establezca una ley a nivel nacional que la cambie". La misma opinión comparte el presidente de la Federación Provincial de Comercio, Miguel Agromayor, quien señaló que esta medida sólo beneficia a las grandes superficies, ya que las pequeñas -de menos de 150 metros cuadrados- ya pueden abrir libremente y, si no lo hacen, es por falta de demanda: "El pequeño comercio estará en contra porque no pueden competir en igualdad de condiciones. El problema es que no hay consumo y que España y la Unión Europea, salvo Alemania, no pueden competir con Asia. Mientras esto no se solucione, ninguna medida servirá".

Los sindicatos y los comerciantes coruñeses no confían tanto en la promesa de Feijóo y temen que la situación económica actual acelere el cambio de normativa en otras comunidades, incluida Galicia. "Si el Gobierno piensa que modificar la ley ayudará a salir de la crisis, se equivoca. No reactivará el consumo ni creará empleo", apunta el secretario de Organización de la Federación de Comercio de UGT-A Coruña, Álvaro Cajigal. Una opinión que comparte el responsable de CCOO, Francisco Cousillas, quien asegura que el sector teme que esta ley pueda extenderse, "porque sólo beneficiará a las grandes superficies, a la vez que hunde el pequeño comercio y el sector de la alimentación".

El responsable de Comercio de la CIG en A Coruña, Roberto Pérez, es más pesimista y cree que esta iniciativa responde "al neoliberalismo que se impondrá en España", y que, en su opinión, también llegará a Galicia. "Repiten lo que dice la CEOE, pero es mentira que esta medida cree puestos de trabajo. La demanda es la que hay y liberalizar los horarios sólo contribuirá a precarizar el empleo", avisó.

Los sindicatos ponen como ejemplo al centro comercial Cuatro Caminos, donde la comunidad de propietarios, según denuncian las centrales, quiere ampliar el horario de cierre una hora -de nueve a diez de la noche-, un sistema que sólo se aplica en la campaña navideña. "Ninguna de las empresas se plantea contratar a gente si esto se lleva a cabo porque a partir de las ocho el centro comercial está muerto. A algunos trabajadores les modificarán el turno y otros trabajarán una hora más por el mismo sueldo", critica Cajigal.

Los pequeños comerciantes, los más perjudicados si Galicia adopta la ley madrileña, confían en que se mantenga la actual normativa autonómica y reclaman medidas "más adecuadas" para reactivar el consumo. "Aquí no funcionaría porque A Coruña está muerta los domingos", sostiene el presidente del Área Comercial del Obelisco, Tonecho Amor, quien justifica que la mayoría de comercios del centro no abre los domingos, ni cuando atracan los transatlánticos, porque no les "compensa". Por eso exigió al Concello que impulse más iniciativas. "Si se exporta la ley sólo se conseguirá que el poco dinero que circula ahora por la ciudad se quede en las grandes superficies y se vaya fuera, porque todas son de capital extranjero", aseveró.

El portavoz de los comerciantes de la calle Barcelona, José Manuel Castro destacó de que el problema no son los horarios, sino el elevado paro y la caída del consumo. "La norma no beneficia ni siquiera a los consumidores, que prefieren contar con más puestos de trabajo y dinero en el bolsillo para gastar", puntualizó.