El plan de Novagalicia para cumplir con los dos decretos de saneamiento aprobados por el Gobierno de Rajoy y afrontar el futuro con garantías pasa por lograr una inyección de un total de 7.000 millones de euros. Esa es la cantidad, según ha podido saber este periódico, que la entidad recogió en los planes que envió la semana pasada al Banco de España, aunque evitó dar a conocer para evitar un nuevo baile de cifras, a la espera de lo que hoy revelen las auditorías de las consultoras internacionales Oliver Wyman y Roland Berger contratadas por el Gobierno.

De los 7.000 millones de euros, 6.000 serían ayudas públicas y otros 1.000 los inyectarían los fondos de inversión anglosajones con los que el presidente de Novagalicia, José María Castellano, negocia desde hace casi un año. La suma sería suficiente, según el plan, para devolver al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) los 1.162 millones que prestó -el llamdo FROB1 a un interés del 8%- para financiar la fusión de las cajas. El equipo de Castellano prevé con ello afrontar un posible deterioro de activos de entre 5.000 y 7.500 millones de euros; entre el 7% y el 10% del total, según sus balances públicos.

Novagalicia espera el resultado de las auditorías y que el Banco de España diga si acepta -antes del próximo día 28- si admite su fórmula de recapitalización mixta, basada en el modelo diseñado para adaptarse al primer decreto de provisiones de febrero y que el regulador evitó valorar. El plan presentado por la cúpula prevé que el FROB siga como accionista y socio mayoritario hasta 2015.

Castellano y el consejero delegado, César González-Bueno, admitieron la semana pasada a la plantilla que pedirían fondos dentro del rescate europeo con la previsión de que sus necesidades de capital serían "sin duda mayores" que los 3.504 millones de euros que inicialmente calculó para cumplir los decretos.

El anterior responsable del FROB, Javier Aríztegui, cifró la el volumen de ayudas en 4.500 millones, pero Novagalicia tendrá que sumar a ellos los 948 millones de euros necesarios para recuperar la ratio de solvencia que tiene que cumplir por ser un banco con menos de un 20% de fondos privados en su capital (10%), después de haberlo rebajado al 8% con las operaciones de saneamiento extraordinario ejecutado en 2011.

Créditos fiscales

A partir de esos alrededor de 4.300 millones habría que ir añadiendo partidas posibles a cubrir, como los 2.000 millones de créditos fiscales y lo que estimen las consultoras. Hoy termina el plazo dado para calcular el impacto que tendría un posible deterioro del panorama económico; la tercera prueba de resistencia a la que es sometida la banca española en los últimos tres años. El Gobierno ya tiene las cifras preliminares y las filtradas el martes a algunas entidades advierten de unas necesidades de entre 60.000 y 70.000 euros.

La radiografía de Oliver Wyman y Roland Berger permitirá hacerse una idea más clara de las necesidades de las entidades para afrontar los duros escenarios fijados para la economía española por el Fondo Monetario Internacional (FMI), más allá de la cobertura del ladrillo que imponen los dos decretos ideados por el ministro Luis de Guindos. A ellas habrá que unir las que emitan las consultoras que operan en España y que no llegarán hasta finales del mes que viene.